Opinión Por Walter Cavalli

Los debuts siempre son difíciles. Traumáticos si se quiere. Por varios motivos. Porque se aparece por primera vez en escena. Porque se ven caras nuevas por todos lados. Porque los bancos de suplentes son distintos. Porque las responsabilidades y sueños están por el cielo y se teme a que todo sea sólo un deseo. Por eso, por esto, por aquello. Por bla, bla, bla… Entonces, con ese cúmulo de nervios e incertidumbre, los jugadores (de cualquier deporte) entran buscando su gloria. Y la selección argentina de fútbol dejó en claro ayer que, además de ir detrás de esa gloria, tiene pasta de favorita. Ganar en el debut es tremendamente importante. Y la Argentina lo concretó. Por eso, de ahora en más, siendo fieles a sus convicciones, estos jugadores dan pie para soñar.