Quizá por desconocimiento, quizá por desinterés. Ayer el electorado sanjuanino no fue tan asiduo a las urnas como otras veces y marcó un 64,21% de presentismo. Una ausencia de votantes tan notable no se daba desde 2001, cuando la Argentina pasaba la crisis política más profunda del período democrático, con ciudadanos de cacerola en mano, pidiéndole a los funcionarios “que se vayan todos”. En ese entonces, para las legislativas, se presentó un 61,7% de los anotados en el padrón, cuando el promedio desde 1983 a la fecha es de 75,37%.

Para la consulta popular que se hizo ayer, había empadronados 437.475 sanjuaninos, de los cuales votaron 280.910. Este plebiscito era obligatorio para la gente, como las otras dos elecciones que se vienen en este año, que son las internas del 14 de agosto y las generales del 23 de octubre.

Como muestra la infografía, el mejor presentismo de votantes en lo que va desde la restauración de la democracia, se dio en 1989, con un 84,6% en las presidenciales donde triunfó Carlos Menem.

Lo más interesante es que los que no fueron a votar, pese a que esto implica un deber cívico y una carga pública, no reciben ninguna sanción. La falta está contemplada en el Código Electoral Provincial, en su artículo 108, pero la multa que se establece está cotizada en australes, así que esto hace al castigo inaplicable hoy día. De hecho, anoche el miembro del Tribunal Electoral, Eduardo Quattropani se quejó de que los legisladores no hayan actualizado este punto mediante una modificación de la ley.

Sobre la ausencia de votantes de la jornada de ayer, Quattropani también opinó: “yo creo que los políticos, salvo que quieran echarle la culpa al Tribunal Electoral, deberán reflexionar sobre su nivel de convocatoria, porque nosotros a las mesas las pusimos”.