Según una evaluación de las autoridades sanitarias nacionales, en particular del ministro Juan Manzur, San Juan es un ejemplo a seguir en cuanto a modernización, ampliación y descentralización del hospital público, para atender a mayor cantidad de pacientes con la cantidad y calidad de servicios de los grandes nosocomios. Pero los nuevos edificios y la aparatología incorporada no siempre sintonía con los profesionales de la salud, en particular los médicos, que mantienen una conflictiva relación laboral con medidas de fuerza que repercuten en el sector más vulnerable de la población, carente de obras sociales y de prepagas.

Es decir, la política sanitaria tiene un déficit humano no obstante tratarse de una profesión basada en la vocación de servicio y en la que la sociedad confía y se entrega. La salud, como todo servicio prioritario garantizado por el Estado de derecho, no debe estar sujeto a condicionamientos que impidan la prestación como lo es la educación y la seguridad. Por ello la ciudadanía espera un rápido entendimiento de los profesionales, con reclamos que algunos son de cumplimiento imposible y otros sin cumplir los pasos de las vías administrativas o de diálogo, antes de tomar una medida de fuerza, para que la correlación cierre el círculo de la cuantiosa inversión pública con una atención acorde con el crecimiento sanjuanino.

La muestra son los nuevos hospitales regionales en pleno funcionamiento, los que están en carpeta, y el inaugurado ayer en Pocito con una inversión de 28 millones de pesos en edificios y equipamiento, lo que permite ampliar de cuatro a 14 consultorios externos, atender medicina de urgencia y cirugías con internación de más de 50 camas, para evitar las derivaciones de enfermos a nosocomios de mayor complejidad, caso de los hospitales Rawson y Marcial Quiroga, como hasta ahora.

Pero en particular merece destacarse la medicina preventiva que implementará el nuevo Hospital Federico Cantoni en Pocito, con pistas de salud de manera que las personas con dolencias crónicas como hipertensión, obesidad y diabetes, quienes podrán realizar ejercicios, supervisados por profesionales, sobre aparatos o instrumentos.

Es de esperar que estos centros sanitarios modernos, descentralizados y pioneros como el de Pocito, tenga la contrapartida de la incorporación de nuevo personal médico en relación de dependencia que evite las continuos problemas que tienen al enfermo de rehén.