En los tiempos que vivimos, todos los días hay novedades de importancia en relación a los drones y su enormes posibilidades de usos. Con inicios de desarrollo e investigación en los programas militares y con fines específicos, como casos de espionaje, con el avance de los años estos vehículos aéreos no tripulados, con la interesante posibilidad de reutilizarse, pasaron a atraer a quienes se involucran con el deporte aventura, el turismo, la agronomía, la geología, la hidrología, la climatología, la publicidad, los entretenimientos, las películas de cine y una amplia gama de posibilidades. El hecho de que sean capaces de mantener un nivel de vuelo controlado y sostenido a cierta altura, y propulsados por un motor de explosión o de reacción, les permite una variada paleta de utilizaciones.

Ya en ediciones anteriores de Suplemento Verde dimos algunas novedades de estos drones, de su presentación en dinámicas de las próximas grandes ferias de exposiciones agropecuarias nacionales durante el 2015, y hasta se publicó en los medios la filmación realizada por un reconocido fotógrafo sanjuanino durante el recientemente finalizado Cruce de la Cordillera de Los Andes, mostrando la belleza de los parajes, la vegetación existente, la fauna, el ecobiosistema y la gran caravana de integrantes a lomo de mula.

Se está incrementando su uso en los programas computarizados de gestión de manejo de cultivos en zonas de superficies considerables como es el caso de la soja, el maíz y en general los cereales que van a exportación. También en cultivos regionales

del interior del país, como algodón, lino y otros.

Pero más allá de estos beneficios y siempre pensando en el futuro de la actividad, ya que no hay regulación y el tema se puede descontrolar, recientemente salió la propuesta de las normas FAA (Federal Aviation Administration) para drones, indicando qué es lo que se permite, lo que se beneficia y lo que no.

Kurtis Lee, reportero del prestigioso medio Los Angeles Times, escribió que el movimiento tiene el potencial de cambiar drásticamente el espacio aéreo de la nación en los años venideros. Y que la tecnología está avanzando a un ritmo sin precedentes y este hito permite regulaciones federales y el uso del espacio aéreo nacional a evolucionar para adaptarse con seguridad.

Lo que permiten las reglas incluye que todos los drones tienen que ser menores de 55 kilos, pueden volar a una velocidad máxima de 160 km/h y pueden volar a una altitud de más de 500 pies sobre el suelo. Sin embargo, con permiso especial de la oficina de Control de Tráfico Aéreo, los drones pueden volar a altitudes entre 500 pies y 18.000 pies. El robot debe permanecer en la línea de visión del operador en todo momento y tiene que ser volado durante el día. Una cámara (aunque no sea necesario), puede fijarse al robot para permitir la observación más cercana de vuelo por parte del operador.

También regularon que el operador del dron debe tener por lo menos 17 años de edad y debe haber pasado una mínima "prueba de conocimiento aeronáutico" y ser evaluado por la administración de seguridad de transporte.

Por otra parte, lo que la nueva normativa prohibe, es que estos aparatos no pueden ser volados por la noche y a los operadores no se les permite tener el control de más de un robot en un momento.

Ningún operador de aviones teledirigidos podrá pilotear una pequeña aeronave no tripulada si él o ella sabe o tiene razones para saber de cualquier condición física o mental que pueda interferir con la operación segura del dron.

Además, no se debe permitir operar un dron a cualquier altitud si estaría en la trayectoria de vuelo o cerca de un aeropuerto. La prohibición debe extenderse a una distancia de 5 millas del aeropuerto. Post de despegue y el enfoque conocido como corto final son las dos etapas más peligrosas del vuelo.

Se ha estipulado que fotógrafos, agricultores y ganaderos, policías y hasta agentes inmobiliarios puedan solicitar un permiso para la utilización de estos drones. Las autoridades de la FAA estiman que después de que las reglas de drones surtan efecto, 7.000 empresas obtendrán permisos de drones dentro de tres años. La FAA quiere oír a los habitantes de Estados Unidos. Hay una ventana abierta de 60 días para escuchar los comentarios del público sobre las normas propuestas. La idea es hablar, discutir con todos los sectores.

Sin dudas, es un tema que está avanzando a pasos agigantados y hay aspectos muy valiosos en el "haber", pero también se tiene que ser cuidado con el "debe".

Por lo pronto, Estados Unidos quiere regular el uso de drones. Veremos cómo sigue la novela.