Juan Manuel Santos, experimentado político que como ministro de Defensa asestó duros golpes a la guerrilla de las FARC, asumirá hoy la presidencia de Colombia con la promesa de seguir esa lucha e impulsar profundas mejoras sociales y fiscales. Aunque entre sus principales desafíos figura una larga lista de demandas sociales en torno a la creación de empleo, educación y la salud, tomará el timón en momentos en que el país comienza a disfrutar de un auge petrolero y minero con millonarias inversiones
Santos recibe la presidencia de Alvaro Uribe, cuyo mandato se centró en acorralar a las guerrillas izquierdistas y atraer flujos de inversión extranjera.
Colombia es el cuarto productor latinoamericano de crudo, el quinto exportador mundial de carbón, el tercero de café y un importante proveedor de ferroníquel.
El carbón metalúrgico y de coque es un sector inexplotado en el país, que se especializó en el de uso térmico con las minas de Cerrejón, Drummond y Glencore.
Santos, un tecnócrata de 58 años, no planea cambios en la legislación del carbón y estima que las exportaciones aumentarán en el futuro por encima de las 70 millones de toneladas del 2009.
Sus planes apuntan a ampliar las líneas férreas para conectarlas con las áreas productoras de carbón del centro del país, donde se ubican los pequeños productores, usando asociaciones público-privadas o concesiones.
El futuro Gobierno contempla una importante intervención en los puertos. Buena parte del carbón se moviliza por la red férrea hasta las terminales marítimas para su envío al exterior, mientras que una pequeña porción se mueve en camiones, con muy altos costos.
Oro negro
Uribe fue capaz de atraer más inversión al sector petrolero, haciendo más fácil las regulaciones, creando una agencia de hidrocarburos y bajando los impuestos.
Santos continuará con la política favorable a la inversión promovida por su ex-jefe. El país recibió más de 6.000 millones de dólares en inversión petrolera y minera entre el 2008 y el 2009, frente a los 500 millones de dólares hace ocho años. El Gobierno saliente estimó en 10.000 millones de dólares los flujos a estos sectores en el 2010. Colombia prevé que sus reservas petroleras pueden llegar a unos 6.000 millones de barriles en la próxima década y certificó 3.100 millones de barriles en reservas probadas, probables y posibles en mayo pasado, doblando el promedio de los últimos años.
En junio, el país subastó varios bloques de exploración nuevos en Cartagena. El sector creció aceleradamente a un 11,3% interanual en el cuarto trimestre del 2009, frente a menos de un 1% en los últimos 10 años en promedio, de acuerdo con un reporte de Morgan Stanley.
La estatal Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, busca aumentar su producción diaria de crudo a un millón de barriles diarios en el 2015 y a 1,3 millones en el 2020. En el 2009, la producción de la firma fue de 521.000 bpd y para este año la meta es de 615.000 bpd.
Evitar una maldición de la bonanza -en la que los mayores flujos de inversión pueden hacer subir el tipo de cambio del peso frente al dólar impactando a los sectores no transables- parece ser el principal reto de Santos, que es partidario de crear fondos de ahorro en el exterior.
El presidente entrante planea reformar el manejo de las regalías, usando la mitad de ellas, o cerca del 1%
del PIB para crear un fondo especial, y la otra mitad para infraestructura y promoción de la agricultura.
Los impuestos y dividendos de Ecopetrol también serán ahorrados. Santos espera que el plan ayude a reducir el déficit fiscal a menos de un 1% del PIB en el 2014, frente al actual 4,2%.
