El legendario volante de Boca, Ubaldo Rattin, tuvo un rol protagónico en el certamen cuando en el partido de cuartos de final ante los anfitriones fue expulsado por el árbitro alemán, Rudolf Kreitlein, tras el Rata protestar una infracción. Como no existían las tarjetas rojas (ni amarillas) Rattin estuvo más de diez minutos sin retirarse del césped hasta que un traductor le explicó la decisión arbitral. La furia de Rattin fue tal que se sentó frente al palco de la Reina Isabel II, en la misma alfombra roja. Incluso, al salir del campo agarro un banderín del córner con los colores ingleses y lo estrujó con su mano. Argentina quedó eliminada en ese partido al perder 1-0 ante los británicos, que a la postre obtentendrían el hasta ahora único Mundial al vencer en la final 4-2 a Alemania Federal. En la definición se dio un hecho insólito y bochornoso en la historia de los Mundiales: el volante, Geoff Hurst, anotó el tercero para Inglaterra, ya en el alargue, cuando en realidad la pelota no había ingresado.
