Muchos son los méritos y particularidades de Fray Luís Beltrán, notable patriota y religioso franciscano, hijo de padre francés Louis Bertrand y de madre sanjuanina Manuela Bustos. Nació el 7 de septiembre de 1784. Su vida fue corta, sacrificada, alejada de sus seres queridos, pero fructífera en estudios y servicios prestados a la patria, por los conocimientos que tenía en física, química, herrería, mecánica, carpintería y matemáticas. Todo su caudal de ciencia lo había adquirido por sus lecturas.
Fue destinado a organizar tanto la fabricación, como la reparación de las armas en distintas batallas militares y decisivas de nuestra independencia sudamericana entre ellas, Rancagua, Maipú, Cancha Rayada, Ica, Junín, Ayacucho, guerra con el Brasil e Ituzaingó, a las órdenes de grandes jefes militares como José de San Martín, Bernardo O’Higgins, Las Heras, Domingo Tristán, Rudecindo Alvarado, Simón Bolívar, Antonio Sucre y Guillermo Brown.
Tuvo la responsabilidad, junto con los milicianos a cargo de realizar el cruce de la Cordillera de los Andes -a más de 4.000 msnm- transportando la artillería pesada o el "’gran parque” del Ejército Libertador. Hecho realmente admirable ya que pocos hombres deben haber realizado una hazaña semejante.
Por sus valiosos servicios prestados en las campañas, le valió un reconocimiento de una Medalla de Plata otorgada por el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata por su trabajo en Chacabuco en 1817. Al año siguiente el gobierno de Chile lo condecoró con el Cordón de Honor y una Medalla de Plata por sus extraordinarios trabajos en Maipú que salvó la libertad del país trasandino. El gobierno de Buenos Aires hizo lo mismo, otorgándole el Cordón de Plata y declarándolo al mismo tiempo como "’Heróico defensor de la Nación”.
Tal vez sea uno de los militares sanjuaninos con mayor participación en batallas y condecoraciones a lo largo de nuestra historia provincial, y también el más olvidado por sus comprovincianos. San Martín se refiere a Beltrán en distintas ocasiones y siempre son palabras de admiración para con él: "’Este hombre es evidentemente un genio. Con que haga y realice la mitad de lo que tiene en proyecto, habremos resuelto el problema más difícil de esta campaña”. No solo realizó lo que se propuso y dejó tranquilo al general, sino que superó sus expectativas. Pasó por distintos grados militares desde que el 1 de marzo de 1816 que dejó su sayal, hecho que le costó a él una gran conmoción personal para ser nombrado Teniente 2º, su primer uniforme militar. En mayo del mismo año es ascendido al grado de Capitán. El 22 de octubre de 1821 obtuvo el grado de Sargento Mayor y finalmente el 18 de agosto de 1823 es nombrado Teniente Coronel.
El 14 de agosto de 1824 se embarcó en Huanchaco al norte de Lima, para regresar a nuestro país. El Teniente Coronel Beltrán llegó a Buenos Aires el 14 de junio de 1825. Cansado y con la salud muy delicada, actúo nuevamente en la guerra con el Brasil y en los campos de batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827. Pero su mal estado de salud lo obligó a abandonar la campaña y regresar a Buenos Aires donde pidió su retiro militar absoluto. El día 8 de diciembre de 1827, a las 7 de la mañana Fray Luis Beltrán dejó de existir.
Su cuerpo fue sepultado en el Cementerio del Norte o de La Recoleta. Pero al igual que otros hijos ilustres de nuestra provincia y colaboradores de la gesta sanmartiniana como José Ignacio de la Roza y Francisco Narciso Laprida, sus restos no fueron hallados jamás. Ya Horacio Videla anhelaba que las cenizas del ingenioso fraile regresaran a San Juan, su lugar de origen. Pero resulta difícil encontrar sus restos, ya que actualmente el lugar donde fue inhumado se encuentra ocupado por bóvedas.
En 1934 el gobernador de Mendoza, Ricardo Videla quiso traer los restos de Fray Luis Beltrán a Mendoza, para ello ofreció una recompensa de $ 500, a quien los encontrara, pero estos no aparecieron. Posteriormente en otra oportunidad el personal de Administración del cementerio, en forma conjunta con el Instituto Nacional Sanmartiniano, iniciaron la búsqueda para localizar sus restos pero no obtuvieron los resultados que esperaban.
Fray Luis Beltrán fue un elegido de Dios por su inteligencia y por su voluntad sobrenatural. Entre otras particularidades tiene el privilegio de ser considerado como el Primer Maestro de Enseñanza Técnica. Ocupa un puesto entre los primeros inventores argentinos. Hoy numerosas localidades, paseos, calles y establecimientos escolares del país homenajean su nombre. También Premios como el Fonpi (Foro para una nueva política industrial) ha instituido su nombre para premiar empresas de meritoria trayectoria industrial.
A ciento ochenta y seis años de su desaparición física, San Juan, la "’Ciudad de las estatuas”, no rindió su justo homenaje al Vulcano de los Andes, todavía le debe un puesto de honor en el bronce de los próceres sanjuaninos.
(*) Profesor de Geografía.
