En los últimos tiempos, nuevas circunstancias y realidades han sumado responsabilidades a nuestras actividades básicas. La creciente conciencia social e institucional sobre la necesidad de la conservación y defensa del patrimonio arqueológico, ha llevado a que debamos participar en trabajos de rescate de bienes arqueológicos, de verificación del estado de los yacimientos y de procedimientos judiciales. Por otra parte, el trabajar con la arqueología y la historia de la población indígena de San Juan durante cuarenta y cinco años, ha representado también una dedicación al rescate de la identidad de todos esos pueblos olvidados, si bien algunos sectores sociales todavía no lo entienden así y generan permanentes controversias e intentan confrontaciones polémicas. En ese sentido, en nuestra institución seguimos sosteniendo que ninguna identidad puede ser convenientemente defendida si no es sobre la verdad. No se puede rescatar identidades con nombres falsos o yuxtaponiendo y mezclando aspectos culturales diferentes. De esta manera continuamos sorteando crisis, sencillas o graves, económicas, políticas, sociales, institucionales, y hasta edilicias; pero, al fin de cuentas, eso también significa que seguimos viviendo, como hace 48 años.
