Casi todos lo traen en sus genes. Lo “maman” desde la cuna. Y la mayoría lo viven apasionados de la misma forma. Se trata de hinchas de Boca y River que palpitaron la previa del Superclásico que se disputará hoy en La Bombonera. Los fanáticos o “enfermos”, tal como ellos mismo se describen, explicaron los argumentos que los llevaron a sentirse identificados por un club que se encuentra a más de mil kilómetros de distancia. “No se puede explicar, mis viejos probaron con llevarme a canchas de equipos de acá (San Martín) y sentí un vacío dentro mío. Sin River no sé qué haría”, explicó Federico Cortéz, fanático del “Millo” que visitó varias veces el Monumental y que hizo varias locuras por su equipo, como gastarse un sueldo entero para ir a Buenos Aires. Matías Alday, también de River, afirmó: “Es difícil entender el sentimiento a la distancia, pero el amor es así y cuando te llega, te llega. No hay que entenderlo, hay que sentirlo”. Consultados sobre si podrían tener novias del equipo contrario, los “millo” y los “xeneizes” afirmaron que es imposible. “Hubiésemos durado poco”, sostuvo Alday. Y todos coincidieron.
Oscar Morales, cuenta que es tanto el fanatismo que siente por el Xeneize, que hizo su casamiento con los colores “azul y oro” a pesar que su novia es hincha de Quilmes. Su hijo Martín Nicolás fue bautizado en la mismísima Bombonera: “Llevé al cura a la cancha, no hay forma que me salga hincha de otro equipo”, contó entre risas. José Espósito, de River, no le encuentra explicación como surgió su fanatismo pero sostiene que lo trae desde que tiene aproximadamente 6 años. “En mi familia son de cualquier club menos de River. Siento que ser hincha es una enfermedad”, agregó. En tanto que Fabio Luna, fanático “xeneize”, recordó la vez que estuvo en La Bombonera junto a “La Doce”. “Se me corrían las lágrimas, lo que siente cuando estás ahí te hace poner la piel de gallina”. Silvio Falcón, xeneize, se acuerda como si fuese ayer del viaje que hizo en lancha a Uruguay para ver a su equipo enfrentarse a Nacional: “Fueron como doce horas en lancha con frío, lluvia, inolvidable”. Fabián Sánchez, otro bostero, tiene coleccionados 300 banderines de Boca y va por más. Erica Ortega también de Boca, explicó que su sentimiento lo trae desde pequeña, pero aumentó cuando falleció su hermano, también fanático xeneize.
