"Soy la nena que secuestraron hace 18 años". Con estas palabras una mujer se presentó en una comisaría de California (EEUU) para identificarse y denunciar todo lo que soportó durante su secuestro.
El 10 de Junio de 1991, Jaycee Lee Dugard, en la localidad de South Lake Tahoe, a unos 200 kilómetros de San Francisco, caminaba hacia la parada de ómnibus cuando un vehículo ocupado por una pareja se acercó a ella y la secuestraron ante los ojos de su padrastro. Tenía 11 años y esa fue la última vez que la vieron y sus padres no supieron más de ella.
Durante el tiempo que estuvo secuestrada tuvo dos hijas con su captor, quienes ahora tendrían 11 y 15 años, según la prensa local. Pero ninguna recibió educación ni atención médica, siempre vivieron en total estado de aislamiento.
El hombre acusado de secuestrarla es Phillip Garrido, de 58 años, conocido como un hombre "ultrareligioso". Estaba bajo régimen de libertad condicional por delitos sexuales anteriores -incluso uno que le valió la cárcel en 1971-. El miércoles pasado, la Policía lo vio en la Universidad de Berkeley (norte de California) repartiendo panfletos religiosos junto a dos mujeres y unas menores. Al ser convocado a la comisaría del condado de El Dorado, se presentó con su esposa Nancy, de 54 años, sus dos hijas y Jaycee Lee, quien se hizo pasar como "Alissa" pero en el interrogatorio terminó confesando su identidad y su verdadera historia.
Mientras estuvo en cautiverio, el pequeño mundo de la joven secuestrada se redujo a unas mantas apiladas, una ducha provisoria y un baño exterior en el fondo de la casa de los Garrido. Los vecinos declararon haber visto a las niñas, pero nunca a Jaycee. Incluso los policías encargados de controlar a Garrido aseguraron que nunca encontraron nada extraño en la casa.
El secuestrador que se convirtió en un hombre fanático de la religión, ofreció ayer declaraciones radiales a la cadena KCRA. Aseguró que "pronto se descubrirá la historia más impactante y reconfortante. Solo esperen" y dijo que en los últimos años estuvo ocupado en cambiar completamente de vida. "Tenía a estas dos niñas pequeñas (las hijas que concibió con Jaycee Lee). Ellas se dormían en mis brazos todas las noches desde que nacieron. Nunca las besé, hay que ir lentamente", confesó Garrido. Sus delirios místicos también quedaron plasmados en su blog en el que escribió: "El Creador me dio la capacidad de hablar la lengua de los ángeles, así que puedo lanzar su mensaje de despertar y salvar al mundo entero".
Durante los 18 años de secuestro de Jaycee, su padrastro Carl Probyn estuvo bajo sospecha y al conocer la noticia de que estaba viva, dijo lamentar lo sucedido y que el secuestro le arruinó la vida y su matrimonio.
Terry, la madre de la joven secuestrada recibió un llamado del FBI asegurándole que habían encontrado a "Jaycee y la gente que estaba con ella".
Probyn comentó a los medios locales que su esposa lo había llamado inmediatamente después de hablar con la joven. "Ella me dijo: ‘Han encontrado a Jaycee. Está viva’. En ese momento empezamos a llorar durante dos minutos", dijo Probyn.
Ayer, Phillip y Nancy Garrido, fueron acusados de 28 delitos y quedaron arrestados bajo fianza de un millón de dólares por sospecha de secuestro y, en el caso del hombre, de acoso sexual, violación y conspiración.
