El primer ministro chino, Li Keqiang, recibió el jueves último a una delegación de diputados argentinos integrada por miembros de todos los bloques, entre ellos el sanjuanino Héctor D. Tomas, presidente de la Comisión de Minería, con el propósito de fortalecer los vínculos con la nación asiática.

Julián Domínguez, presidente de la Cámara baja y cabeza del grupo, recordó que en estos 30 años de democracia en la Argentina se ha estrechado la relación con China, no sólo comercial sino en materia de investigación y desarrollo científico, gracias a una diplomacia parlamentaria como eje de estructuración frente a un país gravitante en el escenario mundial. "’Argentina aspira a producir 160 millones de toneladas de cereales y oleaginosas en 2020, y a profundizar el estándar de protocolo que permita una rápida autorización para entender los eventos genéticos y biotecnológicos en ambas naciones”, dijo Domínguez, lo que es básico para ampliar el intercambio bilateral.

Nuestro enorme potencial agroindustrial ha sido enfocado a China, el segundo socio comercial después de Brasil, según su participación como destino de las exportaciones que pasaron del 1% en 1992, al 10% el año pasado. La demanda china es colosal: sólo en soja, compra más de 50 millones de toneladas anuales, siendo EEUU su principal proveedor, seguido por Brasil y Argentina.

Asia es cada vez más dependiente de los alimentos de Occidente para mejorar los niveles de vida de la población y si bien las economías asiáticas tienen el mayor potencial de crecimiento en términos de industrialización como de desarrollo de sus mercados de consumo, la producción agrícola de Occidente es vital.