Ha concluido en Mar del Plata el 49no Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), un cónclave anual que hace un diagnóstico de la realidad económica del país y señala las probabilidades de crecimiento en base a las proyecciones políticas.
Los análisis dan credibilidad a conclusiones que implican un llamado de atención para corregir desaciertos y cambiar el rumbo a tiempo. La buena noticia es la coincidencia de los panelistas en que no hay señales de una crisis inmediata, pero advirtieron la necesidad de replantear el modelo empezando por revertir el déficit fiscal, la inflación alta y alivianar la caída de reservas para evitar así un deterioro mayor en el nivel de crecimiento en el mediano o largo plazo. En este contexto alarma el gasto público, en particular para cubrir el déficit energético porque no hay posibilidades de resolverlo en breve según las propias estimaciones oficiales porque de 88 barcos de gas natural licuado que se importarán este año se pasará en 2014 a más de un centenar.
Es sólo un ejemplo de las trabas que amenazan el desarrollo argentino, ya que inciden la alta inflación y con estadísticas cuestionadas que encarecen notablemente los costos al obtener créditos; la caída de las reservas del Banco Central; la brecha cambiaria; el financiamiento de gasto público con déficit y la caída en la competitividad frente a otras economías. Los costos laborales son los más altos de la historia, al igual que la presión impositiva que ya llega a 41% del producto bruto interno (PBI). Y lo peor es cómo se gastan esos recursos.
La subsidiaridad del Estado es un tema candente y la única salida es la quita progresiva de subsidios, excesivamente altos en sectores como los trenes urbanos, donde el usuario paga un peso de los 10 que pone el erario por falta de inversiones, como en toda infraestructura del transporte.
Precisamente se planteó el interrogante de cómo financiar los proyectos de infraestructura que se necesitan con urgencia, por ejemplo si un país como China podría invertir en la reconstrucción de la red ferroviaria, pero todo indica que sería improbable porque no hará inversiones de tal magnitud en la Argentina si no están dadas las condiciones.
Como todos los cuestionamientos, los problemas de fondo son políticos y allí los especialistas de IDEA ponen el dedo acusador.
