Todos los historiadores y politólogos, serios y objetivos, sostienen que el modelo asistencial que hoy tiene el Estado argentino, comienza, formalmente, el 25 de mayo de 1946 con la llegada de Juan Domingo Perón al poder, a través de elecciones libres y democráticas. Esto significó el comienzo de una ideología no conocida hasta ese momento, el nacimiento del "Estado Paternalista”.

Por definición, "El paternalismo es la doctrina que consiste en aplicar los comportamientos y la conducta de una autoridad, concretamente un padre de familia, a cualquier tipo de relación. Suele utilizarse para referirse al Estado y a las relaciones políticas”. El paternalismo, etimológicamente hablando, proviene del latín. Está compuesta por paternus, que significa paternal; alis cuyo significado es "relativo a”; e ismo, doctrina o corriente. Por lo tanto, de forma literal, paternalismo significa corriente o doctrina relativa al padre. En el campo que más se utiliza es en el político, como crítica a que las acciones, ya sean gubernamentales o políticas en general, tienen un carácter autoritario y proteccionista. 

Cuando hablamos de Gobierno paternalista, nos estamos refiriendo a que las medidas impulsadas por ese Gobierno restringen la libertad individual y el libre margen de actuación en pro del bienestar general o de los valores, tradiciones o pautas que marque dicho Gobierno. Los rasgos más sobresalientes del "Estado Paternalista” son: ejercer una conducta autoritaria y protectora sobre los ciudadanos; obligatoriedad en la adopción de las medidas acordadas; no cree que los ciudadanos sean lo suficientemente responsables para responder ante sus acciones y decisiones; políticamente equivale al intervencionismo. Por lo tanto, podemos claramente sostener que la ideología de un "estado paternalista”, no es para nada democrático, porque la ciudadanía no dispone de libertades civiles y derechos políticos, y si lo hacen, es en un grado muy restringido. Y es el Gobierno el que piensa que las medidas que va a aprobar son las mejores para los ciudadanos. Ejemplos tenemos muchos a lo largo de la historia mundial, la URSS, el Tercer Reich, o cualquier tipo de dictadura, ya que intentan planificar la totalidad de la economía y de la vida del ciudadano. La socialdemocracia es defensora del Estado de bienestar, y este no es más que la provisión de todos los servicios y prestaciones posibles por parte del Estado.

Por el contrario, el Liberalismo es profundamente anti paternalista, ya que defiende que el individuo es totalmente responsable de valerse por sí mismo, así como de comprar todos los servicios que desee en el mercado, sin que el Estado tenga que proporcionárselos.

El "Estado Liberal”, se caracteriza, en lo político, por la separación de poderes, la absoluta distinción entre Iglesia y Estado, y un sistema democrático de naturaleza pluripartidista con elecciones periódicas que garantizan la alternancia en el poder.

En lo jurídico, el Estado liberal se erige sobre el principio de la legalidad. En este sentido, ofrece al individuo un Estado de derecho, lo cual garantiza sus derechos individuales, el ejercicio de la libertad, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, entre otras cosas, todo lo cual se traduce en seguridad jurídica.

En lo social, el Estado liberal ofrece una teórica igualdad de oportunidades para que cada quien conquiste el lugar que le corresponde en la sociedad de acuerdo a sus méritos, capacidades o trabajo, dejando atrás los privilegios de casta o linaje de la sociedad estamental.

En lo económico, el Estado liberal se caracteriza por el respeto irrestricto a la propiedad privada, el libre mercado, y una limitada intervención estatal. Este último aspecto es particularmente importante, pues el Estado liberal se inmiscuye lo menos posible en la vida económica del país, al contrario, su acción se limita, apenas, a la mediación en conflictos determinados entre particulares.