La llamada escuela grande, es la que pensó Domingo F. Sarmiento para toda la República y esa idea tan pluralista y abierta, tan democrática y visionaria la tomó, mucho tiempo después en el siglo XX Perón, para capacitar en artes y oficios y luego con orientación en tecnicaturas de nivel medio, que diera a los jóvenes una salida laboral rápida gracias a la mano de obra calificada.
Se trata de una formación laboral completa que ya también el prócer sanjuanino la pensó cuando creó la Escuela de minas de San Juan, base de la Industrial Sarmiento y de la Facultad de Ingeniería dependientes de la Universidad Nacional de San Juan. Las escuelas técnicas del país tuvieron dependencia directa del Consejo Nacional de Educación Técnica, hasta que fueron transferidas al ámbito provincial con el nombre de EPET. Fue el punto de partida de prestigiosos establecimientos de nuestro medio como la N¦ 1 Rogelio Boero y las que llevan los números 2, 3, 4 y la 5, cuyas amplias y modernas instalaciones se encuentran próximas a inaugurar en Las Heras y Córdoba.
Se trata de un local emblemático, largamente esperado, hasta que el proyecto del edificio propio fue incluido en el Plan Nacional de 700 nuevos centros educativos. En este caso, las instalaciones podrán albergar a más de 800 alumnos, aún cuando en la actualidad la EPET 5 tenga una matrícula menor, consecuencia de las limitaciones impuestas por funcionar en la Escuela Obreros del Porvenir.
La escuela pública, y por lo tanto gratuita, no debe tener límites para las ansias de aprender de la juventud, más todavía ante la premisa de una rápida salida laboral. Sin duda la nueva escuela es grande en espacio pero siempre habrá posibilidades de poblarla si se ofrecen orientaciones diversas, ofertas novedosas y un personal capacitado que lleve a los alumnos a mejor destino o cubra las expectativas que los impulsan. Lo importante es que tanto en la nueva EPET 5, como en todas las de capacitación técnica se ofrezcan las posibilidades de desarrollo del educando mediante la ejecutividad, el dinamismo y la capacidad operativas de los responsables.
No hay que olvidar los principios de este tipo de enseñanza, ya que las escuelas de capacitación laboral creadas en San Juan impulsaron la formación de carpinteros, en electricidad y bobinado de motores, artes industriales, laboratoristas químicos, y aprendizaje de idiomas, entre las variadas posibilidades del mapa de una escolaridad convocante para que la juventud que no pudiera seguir carreras superiores encuentre también un camino de progreso.
