Con uniforme militar o con traje. Con bufanda tejida al telar, sombrero o galera. Con bastón y audífonos. Luciendo una frondosa barba o enormes bigotes. El aspecto físico de Domingo Faustino Sarmiento mutó con el tiempo, tanto como su vestuario y sus múltiples actividades. Así lo muestran las fotografías y los retratos que hicieron del prócer. La mayoría se encuentran en la Casa Natal de Sarmiento.

"Para todo, Sarmiento era muy personal. Era poco apegado a lo material, por lo que intuyo que no le interesó demasiado estar a la moda. Pero era muy pulcro e indudablemente cuidaba su aspecto", dijo Beatriz Coria, al frente de la Casa Natal de Sarmiento. En el siglo XIX era difícil acceder a determinada indumentaria. Las telas se traían de Europa y eran caras. Incluso se acostumbraba a dejar la ropa como herencia en los testamentos, por su alto valor. "A pesar de lo caro que era tener un traje, todos tenían uno, más o menos lujoso según el status social. En la época de Sarmiento se le daba mucha importancia a la vestimenta, sobre todo para salir a la calle. El prócer no fue la excepción", dijo María Julia Gnecco, a cargo del museo Agustín Gnecco.