La misma grámola para el amasado, la misma mezcladora, el mismo salón de ventas y hasta un clavo en una columna donde hace más de un siglo colgaban fideos se mantienen intactos. Y no sólo eso: la maquinaria sigue funcionando y elaborando tal como antaño. La fábrica de fideos Yanzón es un apasionante túnel del tiempo y a los visitantes les resulta imposible no sentirse como cualquier otro cliente que pasó por allí a fines de 1800 o antes del terremoto de 1944. El edificio resiste al paso de los años y es el único comercio de la ciudad que funciona desde al menos 1879 en la misma construcción en el que fue fundado. Por eso, la Secretaría de Cultura de la Capital busca protegerlo y anunció que inició los trámites para que sea declarado Patrimonio Histórico Municipal.

La fábrica de fideos Yanzón está en Mariano Moreno y Entre Ríos y sus antecedentes se remontan a 1879, cuando Dominga Quiroga se la vendió a José Moreno, quien a su vez la puso en venta y en 1908 fue adquirida por José Canónico. En 1913, José Yanzón compró en dos partes la fábrica y desde entonces empezó a producir fideos con ese apellido. La marca ya lleva 103 años en el mercado y sus dueños actuales, la familia Millán, decidieron mantenerla cuando adquirieron el complejo, en 1987.

‘La fábrica no sólo resistió a los terremotos, sino también a los vaivenes económicos que estuvieron a punto de cerrarla y hasta a las demoliciones que fueron tan frecuentes en el marco de la reconstrucción posterremoto de 1944. Es que el edificio rompe la cuadrícula de la ciudad y la calle Entre Ríos se corta justo a la altura de la fideera’, expresó Mary Mansilla, directora del Museo de la Memoria y quien elaboró el proyecto de declaración de Patrimonio Histórico Municipal. ‘Además, la fábrica no sólo conserva su fisonomía externa e interna, sino que mantiene la maquinaria original y lo increíble y valioso es que siguen funcionando para la elaboración diaria de fideos. Se trata de un reservorio histórico y cultural invaluable para una ciudad que conserva muy poco de antes de 1944’, añadió.

Por su parte, otra particularidad que tiene el lugar es que mientras la gente espera que la atiendan, puede observar algunos objetos que los propietarios decidieron exponer, desde actas con los movimientos de caja, elementos de fabricación o una caja fuerte, a la evolución en el diseño de los paquetes de fideos.