El incendio de 150 hectáreas que sufrió hace dos días el Parque Presidente Sarmiento, una de las áreas protegidas de la provincia y el segundo humedal más importante de San Juan, fue otro golpe a una zona que hasta hace pocos años gozaba de esplendor. Es que en realidad, lo que más afecta al lugar es la sequía y la crisis hídrica que obligó a recurrir a la batería de pozos del lugar para abastecer el consumo humano. Por eso, las autoridades estiman que el área protegida de Parque Sarmiento tiene el 50% de su superficie seca, al punto que desaparecieron las tres lagunas que históricamente hubo en la zona. Pese a todo, la situación no es irreversible, pero la mejora dependerá de la aparición de las lluvias, explicó Dardo Recabarren, director de Conservación y Áreas Protegidas de la Secretaría de Ambiente.
El Parque Presidente Sarmiento tiene una superficie de 700 hectáreas, conformado en un 70% por el humedal y un 30% por montes. Y pese a algunas variaciones anuales, en la mayor parte del humedal crecían los totorales. Sin embargo, desde hace tres años que el Parque empezó a mostrar las huellas de la falta de agua, al punto que se secaron las lagunas y de la zona de totorales hay menos del 10% de su superficie histórica; mientras que el sector de montes y flora autóctona, pese a tener mejor adaptación a condiciones extremas, también sufre el fenómeno. ‘La Naturaleza se va a adaptando y donde hubo totorales ahora hay carrizales, que son más resistentes, pero que obviamente cambian el paisaje. Además, los animales acostumbrados a vivir entre las totoras, como las nutrias, se van desplazando, por lo que la sequía también afecta a la fauna’, señaló Yanina Ripoll, bióloga de Áreas Protegidas.
Desde 2005 y por ley 7.586, el Parque Sarmiento es Área Natural Protegida y tiene la categoría de Reserva de Uso Múltiple.
