La gente que participó ayer de la procesión en honor a Nuestra Señora María Reina de la Paz, demostró tener más fe que temor por la pandemia de gripe A. No se vieron barbijos, ni en la procesión ni el santuario de la Virgen, en Pie de Palo, en Caucete. Y la gente no tomó la distancia de un metro con sus pares para evitar contagios, durante la realización de la misa. A pesar de eso, esta vez hubo menos personas en los festejos en honor a la Virgen y los organizadores creen que fue por la enfermedad.
La gente se mostró contenta y despreocupada, mientras agradecía con emoción a la Virgen. Hasta el padre que ofició la misa, Gustavo Tejerina, comentó que "no hay que renunciar a la fe de Cristo. Hay que tener fe en que Dios nos va a ayudar a seguir su camino y hay que aceptar con fuerza y resignación todas las cosas de la vida. Entre ellas las epidemias".
Lo que llamó la atención de los presentes, y les recordó que hay que prevenir el contagio, es que al comenzar la ceremonia religiosa el Padre dio indicaciones sobre cómo tomar la hostia y cómo dar la paz. "La hostia debe recibirse con la mano izquierda y debajo, como si fuera una bandeja, se coloca la mano derecha. Luego, con esa mano, la hostia se lleva a la boca, todo debe hacerse frente al ministro", dijo el Sacerdote. Y agregó que "otra precaución es que en el momento de dar la paz el ósculo, es decir el beso, se evita y simplemente se debe bajar al cabeza". Luego, continuó la ceremonia.
Los 1000 fieles que fueron a dar gracias y pedir a la María Reina de la Paz acataron la medida. De ellos, 500 personas participaron de la procesión y el resto los esperó al pie del cerro. El año pasado se habían reunido 5000 personas en la celebración. Los organizadores dijeron que esta vez esperaban menos participación por la gripe. "Mucha gente está enferma y muchos otros tienen miedo de contagiarse, pero muchos tienen fe en Dios", dijo Juan Carlos Oropell, desde la organización.
