La suave brisa de una noche estrellada, la música folclórica y el tentador aroma de los asados, fue lo que más sobresalió en la segunda jornada de las Peñas de la Familia organizadas por la Municipalidad de San Martín marcando una asistencia de 8 mil personas presentes aproximadamente en el extenso predio del camping Ceferino Namuncurá. Bien temprano, cerca de las 19 del sábado pasado, el público se instaló buscando lugares cómodos utilizando mesitas y sillas desplegables. El panorama fue magnífico, no había espacio sin que la gente no recorriera, tanto en la feria, como en los puestos de comida. Pero muchos aprovecharon el mirador en lo alto de las sierras para contemplar el paisaje desde la estatua de Ceferino. Paulatinamente, los visitantes buscaron estar lo más cerca de los parrilleros. Costillar, lechón o pollo asado era el menú más preferido para cenar. Aunque también hubo para compartir pizzas, lomos y hamburguesas. Sin embargo, el firme operativo de seguridad no dejó entrar alcohol en toda la noche. Ni vino, cerveza o fernet se podía vender o comprar. Cuando el Sol huyó por el poniente, los primeros números artísticos empezaron a subir al escenario. En el arranque, entraron Antonio Paredes, Carlos Barrionuevo, y los cuerpos de baile Sangre de mi tierra y Pie de palo. Más tarde, la actuación de los Hermanos Videla hizo levantar a las cuatro primeras filas de espectadores para bailar al ritmo de "Ojos de cielo", la "Cueca de las dos puntas" y "Calle Angosta", entre otras canciones. También emocionaron con "Balada para un loco y en el final de su repertorio, los Videla se despidieron con un caluroso aplauso. Después, le tocó el turno de actuar a la Escuela de Danza Isidro Labrador con cuadros de zambas, wairas y gatos. Luego, los chicos de Ypaqué dieron otro empujón a la gente para que siga bailando. Por último, Materia Prima le puso el broche de oro al encuentro que terminó durante la madrugada.