Estela García y su esposo Enrique Meglioli comenzaron hace más de 30 años con Finca El Martillo, un emprendimiento dedicado a la producción agropecuaria con cría de truchas, ovejas, conejos, llamas, producción de frutas y verduras para elaboración de dulces, frutas secas y consumo en fresco. La familia comenzó a crecer con el nacimiento de sus cinco hijos, Remo, Carla, Marcelo, Carola y Nicolás, tres de ellos ahora vinculados directamente a la gestión de la empresa.

La suma de nuevas ideas, propuestas y servicios hizo de este lugar un destino turístico buscado a nivel internacional. En el caso de Nicolás, el menor, a los 15 años ya guiaba las excursiones a caballo y a los 20 decidió dejar la ciudad para vivir en Rodeo. En esa oportunidad incorporó también las salidas para pescar en el Dique Cuesta del Viento.

Carla se sumó al área gastronómica que actualmente depende de ella. Incorporó alternativas de comida regional y novedosos platos para el turismo.

El restaurante tiene vista a la chacra donde se cultivan la mayoría de las verduras que se usan en la preparación de los platos. La especialidad es la trucha, que se sirve recién sacada del agua de las piletas de cría que hay dentro de la finca.

También el cordero al horno de barro con romero cordillerano, conejo al disco a la cerveza (ambos criados en el establecimiento), o algún chivo de estación pueden ser degustados en ese salón sencillo y con estilo campestre.

Nicolás, por su parte, incorporó en el 2005 La Morada, un parador con servicios de rafting, trekking, ski acuático, wakeboard, escaladas, entre otras alternativas para los que buscan adrenalina.

"La idea fue poner en práctica lo que hice toda mi vida que son los deportes aventura. Siempre creímos que lo ideal es hacer lo que a cada uno le gusta, de eso se trata", dijo Nicolás.

Marcelo, el tercer involucrado, está dedicado a la administración de cabañas, ubicadas dentro del complejo El Martillo con vista a la cordillera y equipamiento necesario para una buena estadía.

El aporte que realizó esta generación de jóvenes salta a la vista y uno de los puntos fundamentales del trabajo en familia fue la capacitación permanente en todos los servicios.

"El trabajo de cada uno fue primordial porque todo va cambiando y hay que adaptarse a la demanda. Además lo hacemos con mucho orgullo y estamos felices de ser parte de este emprendimiento", dijo Nicolás.

A todo lo citado se suma que Finca El Martillo dispone de lotes a la venta y construye la casa que el comprador desea en un lugar que se puede comparar con el paraíso.

Una apuesta que surgió con mirada futurista por parte de los esposos García-Meglioli y que supieron proyectar a sus hijos que continúan la tarea también mirando al futuro.