La característica fundamental de la horticultura es la diversidad, asegura el especialista de especies cultivadas, de órganos de cosecha, de adaptación a ambientes, de requerimientos agronómicos, de actores involucrados, de niveles tecnológicos, de modelos productivos. En la formación de agrónomos, sin embargo, esta cualidad no parece ser percibida como una ‘fuente de oportunidades’, sino como una adversidad para el desarrollo profesional.
Esto puede explicar, en buena parte, el porqué los cursos de horticultura son en general poco valorados en los curriculum de la universidades argentinas, cuando en verdad podrían ofrecer los mejores escenarios de formación por la complejidad de las problemáticas involucradas y por los desafíos que representan para las competencias profesionales. No obstante, el problema de fondo radica en el enfoque con que se proponen los cursos.
Para formar agrónomos capaces de lidiar con la complejidad inherente a la horticultura es preciso abandonar el enfoque mecanicista-determinista-reduccionista tradicional, que por sus propias limitaciones culmina en la transferencia a los alumnos de simples recetarios tecnológicos, de relativo valor informativo, y emplear en cambio el enfoque sistemático, que pone el énfasis en experimentar y comprender las relaciones que se establecen a distintos niveles de complejidad, y de estos con su entorno.
Esquema orientativo
Los niveles a estudiar en un curso universitario de grado deberían ser el de cadena alimentaria, el de sistema productivo (o finca) y el de agroecosistema. En tanto, los ejes integradores al nivel de sistema productivo
deberían ser los tres modelos principales: periurbano, forzado y especializado; y a nivel de agroecosistema, el objetivo de producción: biomasa foto sintetizante, inflorescencia, fruto, semilla, órganos de reserva.
José Portela, con trabajos en cultivos de ajos y otras hortalizas, explica que este importantísimo sector de la actividad agrícola y agroindsustrial, requiere que se aplique un enfoque de sistemas variados complejos.
Existen 28 universidades nacionales y tres privadas que cuentan con carreras de Ciencias Agrarias y estas con cátedras de Horticultura. Cada universidad da su impronta por la Horticultura y la importancia que ésta rama debería tener. Hay un importante estudio de María Inés Paredes, bibliotecaria y compañera de trabajo del técnico, sobre el relevamiento de los programas oficiales de 16 universidades con sus respectivas listas de bibliográficas para el estudio de la Horticultura. Se elaboró una base de datos que permite realizar los análisis estadísticos simples (medias, modas, desvíos), expresados en números absolutos y/o en porcentaje.
