A las 3.40 del 14 de abril de 2009, Fabio Esquivel Icazati (ahora de 21 años), escapó de uno de los pabellones más modernos y de máxima seguridad del Penal de Chimbas. Ese sector tiene cámaras de vigilancia, pero ni la tecnología ni los celadores (que no estaban en sus puestos o dormían) pudieron evitar la fuga del joven. Icazati no rompió nada ni lastimó a nadie para huir de su calabozo, que estaba sin llave. Apagó la luz del pabellón, bajó a la celda del celador, sacó las llaves y huyó. Lo que vino después, fue increíble. Una vez recapturado, el reo declaró que en el escape perdió una zapatilla y el pantalón en los alambrados perimetrales. En la calle se topó con tres policías en un patrullero a quienes les dijo que lo habían asaltado. Luego de dar unas vueltas buscando a los "ladrones", los efectivos lo llevaron a su casa en Rawson. Por su escape, hay 8 penitenciarios procesados.