La construcción circular que hoy está cubierta con maderas y vacía prometía ser un gran emprendimiento turístico cuando nació allá por la década de 1930, según cuentan los que conocen su historia. Sin embargo, con el paso de diversos gobiernos y concesionarios, el restaurante y la pileta tuvieron una historia de altibajos que nunca les permitieron tener periodos largos de éxito. Se trata de la Hostería Domingo Faustino Sarmiento, más conocida como Hostería de Zonda por estar justo en medio de la Quebrada de Zonda, que planean volver a concesionar con la intención de que por fin sea un imán para el turismo en Rivadavia.
Reconstruir su historia es difícil. Pasó por tantas manos y tuvo tantas idas y vueltas que no hay un mapa de ruta que plasme su desarrollo. "Fue en la década del "30, bajo el segundo gobierno de Federico Cantoni, cuando se construyó la hostería y la pileta que está a su pie", contó el historiador Edgardo Mendoza. Y dijo que esa construcción formaba parte de un plan ambicioso, a través del cual se creó el complejo conocido hoy como Parque Federico Cantoni.
Cuando comenzó a funcionar, la hostería estaba a cargo del Gobierno de la provincia y congregaba a distintas personas que llegaban desde el Gran San Juan. Pero los gobiernos de facto subsiguientes coartaron su funcionamiento. Cada vez menos gente visitaba el lugar.
Quienes vivieron en la época y disfrutaron de varias parrilladas en la hostería, aseguran que su momento de mayor esplendor se vivió a fines de la década del "60 y principios de la del "70. En ese momento, según comentó el intendente rivadaviense Elías Alvarez, el espacio había sido concesionado por la empresa que tenía a su cargo el funcionamiento del Hotel Nogaró.
Por esos años, la hostería era el lugar ideal para pasar las calurosas noches de verano sanjuaninas. Según contó Jaime de Lara, quien fue secretario de Turismo de la provincia, la pileta había sido refaccionada y colocaron mesas a su alrededor, lo que permitía cenar y darse buenos chapuzones. La estrella de la refuncionalización del espacio fue la incorporación de un detalle de vanguardia: luces ubicadas en los cerros que iluminaban todo el predio. Y los bailes en el lugar eran famosos.
Según recuerda De Lara, a mediados de los "70, el espacio fue usado para promover el turismo en San Juan. "Hasta trajimos un grupo de 10 periodistas de Chile y los llevamos a cenar a la hostería para que le dieran difusión en su país", contó. Así, según datos de la Municipalidad de Rivadavia, en esa época llegaban ómnibus de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Chile, sobre todo en el verano. En enero de 1977, por ejemplo, arribaron 106 micros a la hostería y en febrero, 157.
Pero con el tiempo, el espacio perdió brillo nuevamente. "Cuando comencé mi gestión como intendente de Rivadavia, en 1991, estaba todo abandonado. Por eso, recuperamos la hostería y la pileta, a la que pusimos un tobogán y las dimos en concesión por separado", comentó Jorge Abelín. Y contó que "recuerdo que cuando pusimos en el Parque la imagen de la Virgen del Líbano vino el Embajador de ese país y le hicimos un almuerzo en la hostería".
Después, el espacio fue alquilado otra vez, pero la actividad en el lugar decayó. En esas condiciones, las autoridades actuales del municipio decidieron sacarle la concesión de la hostería al empresario que la tenía a su cargo, en diciembre de 2010. Según dijeron, el hombre tenía una deuda de 100.000 pesos por no pagar el alquiler del lugar.
Tras esto, la hostería quedó abandonada y fue presa de actos de vandalismo. Por eso, tapiaron sus ventanas y puertas para resguardarla hasta que un nuevo concesionario pruebe suerte con la explotación de aquel edificio.
