El Vaticano anunció ayer su disposición a acoger en la Iglesia Católica a los anglicanos que así lo deseen. Para ello aprobó una Constitución Apostólica (norma de máximo rango) que contempla la concesión de una prelatura personal, similar a la del Opus Dei y a los Ordinariatos Castrenses y que prevé la ordenación de clérigos casados anglicanos como sacerdotes católicos.
