En la vendimia que se aproxima habrá una mayor demanda de máquinas cosechadores, pero menor oferta por los frenos a la importación impuestos por la Nación. Eso, sumado al aumento de los repuestos, hace que este año cueste hasta un 56% más el alquiler: se cobrará entre $2.000 y $2.500 por hectárea, frente a los $1.400 y $1.600 del año pasado. ‘’Nosotros hacíamos importación temporaria de máquinas, y luego regresaban. Pero ahora nos piden nacionalizar y es un trámite complicado. Las pocas máquinas que hay, van a cobrar más’’, dijo Eugenio Velo, de Barrere.