San Juan, 17 de junio.- El lunes primero de junio Agustín Migani de 16 años, arquero de Valenciano, recibió un bochazo en un entrenamiento. La bocha le partió la careta y le dañó su ojo izquierdo al punto que perdió el 70% de su visión, además de que le produjo un coágulo importante y la disminución a cero de la presión ocular.
Hoy, a 15 días del accidente, Agustín recuperó por completó la visión y tanto él, sus padres como el médico que lo atendió, no logran explicar cómo el ojo de Agustín logró recuperarse tan rápido de semejante daño.
“Hemos tenido ayuda desde arriba” dijo Adrian Migani, papá de Agustín, al hablar con DIARIO DE CUYO Online sobre cómo se recuperó su hijo. “Ahora estamos esperando el alta. El último control lo tiene el viernes y por lo que nos ha dicho el médico esto va para una recuperación completa".
Además, el papa de Agustín contó que “el martes de la semana pasada fuimos a ver al médico y ahí les mostró a unas estudiantes de San Luis la recuperación total del ojo. El coágulo desapareció por completo, la irrigación es 100% normal y la presión ocular es normal y él esta tan asombrado como nosotros. Nos dijo que no es normal esta recuperación”.
Adrian sabe que recibieron mucha ayuda del mundo del hockey haciendo cadena de oraciones y llevando mensajes de aliento a la familia. “El que no cree en un milagro creo que ahora tiene un motivo para empezar a creer”.
Lo destacado del caso es que Agustín no tuvo que ser operado por su ojo y sólo tuvo que seguir las indicación del médico, Pablo Larrea, sobre las gotas que se tenía que poner y los remedios que tenía que tomar.
“Veo perfecto. Lo único que tengo es la pupila dilatada por las gotas que me pongo por eso me cuesta un poco enfocar pero nada más”, dijo Agustín muy tranquilo al explicar cómo se siente ahora.
“La verdad que la recuperación ha sido muy rápida y no me lo esperaba. Puedo hacer mi vida normal menos el deporte pero estoy seguro que voy a volver a jugar”, expresó con seguridad el jugador de Valenciano.
Por último, Adrian explicó que la atención del oftalmólogo Pablo Larrea junto con la doctora Waisman y Susana Rodríguez fue fundamental para que Adrian no perdiera el ojo, al igual que toda la ayuda que recibieron de la gente con las cadenas de oración y el apoyo dado.
