En el caso de Liam, el bebé que recién nacido sufrió graves quemaduras mientras estuvo en una incubadora del servicio de Neonatología de la Clínica Mayor y por cuyas lesiones tuvieron que amputarle algunas falanges de su mano derecha, tiene a una enfermera en la mira. La Justicia procesó a una empleada de la clínica porque se sospecha que fue quien quemó la mano del menor.
El titular del Quinto Juzgado Correccional, Matías Parrón, resolvió el auto de procesamiento sin prisión preventiva de la enfermera María Graciela Espínola. Y le calificó el supuesto delito de lesiones culposas por mala praxis, que es excarcelable.
"Los informes médicos son claros sobre la lesión de quemadura que sufrió el bebé y de la instrucción surgió que una enfermera era la encargada de atender al recién nacido ese día. Todo los indicios presumen al menos una negligencia y por eso resolví el procesamiento’, informó el juez.
En la Justicia sospechan que Espínola quemó al niño con algún objeto o artefacto que por ahora no han podido determinar, como tampoco en qué circunstancias. A su vez, la enfermera sospechada hasta ahora se abstuvo de declarar.
El bebé, en tanto, acaba de cumplir tres meses de edad y es sometido a rehabilitación para tratar de recuperar la movilidad en su mano. Sucede que la manito de Liam quedó como doblada hacia arriba, producto de la inmovilidad a la que fue sometido con las vendas y las cirugías desde que nació.
