Un planchazo de Almirón, le abrió una herida debajo de la rodilla derecha (“yo jugaba sin canilleras”) a Mario Delgado quien tuvo que dejar la cancha sin pensar que esa lesión casi le cuesta la pierna. “Porque se la van a cortar, si es de él”, dijo Domingo De la Vega en defensa ante una posibilidad de amputación por la infección por el ingreso de un virus de la tierra que afectó al jugador. Lo operaron en Junín, cuando regresaban, luego lo operaron ocho veces y volvió a jugar al año ante Colón, por el torneo local. Después, un par de operaciones más y un recuerdo de 250 puntos en la “canilla” son el recuerdo que le quedó de por vida a quien era el mayor de aquel equipo.
