Los jugadores del seleccionado argentino de fútbol llegaron ayer por la mañana a New Jersey, donde el sábado a las 16 (de nuestro país) jugarán un amistoso ante Brasil en el estadio MetLife, en un clima distendido, ya que pocos hinchas los recibieron en el aeropuerto Newark y tan sólo tres fanáticos lo hicieron en el hotel Sheraton.
El plantel nacional, encabezado por el DT Alejandro Sabella y con el crack rosarino Lionel Messi como estandarte, arribó a New Jersey alrededor de las 8.40 (hora de Argentina), una hora y media más tarde de lo previsto, en el vuelo de American Airlines 956, luego de un agotador viaje desde Buenos Aires.
Allí, en el aeropuerto Newark, lo recibió un grupo bastante reducido de hinchas.
Hasta ahí todo normal. Pero lo pintoresco sucedió casi una hora más tarde en el hotel Sheraton Meadowslands, búnker del seleccionado argentino. Allí, un guatemalteco, un mexicano y un ecuatoriano, vestidos con remeras de la Selección y de Barcelona, esperaron a los muchachos de Sabella con la ilusión de tener un autógrafo, una foto o al menos un gesto de cariño.
Kevin Guerrero, de 19 años y México; Marvin Preciado, de 18 y Ecuador; y Estuardo Alvarado, de 18 y Guatemala; le revelaron a Télam de dónde viene la devoción por el equipo albiceleste.
“De toda la vida. Desde Maradona, Batistuta, Riquelme, D‘Alessandro y hasta llegar a Messi. Todos nacimos con el amor por el fútbol y el fanatismo por los argentinos”, coincidieron.
Si bien los tres nacieron en New Jersey, ninguno se siente estadounidense. “Nosotros somos latinos. Por eso sentimos el fútbol de esta manera. Y el sábado vamos a la cancha. Compramos las entradas en febrero”, detallaron. “Creí que iba poder sacarme una fotografía con alguno de los jugadores o al menos que me firmaran un autógrafo, pero la seguridad del hotel no me dejó”, se lamentó Preciado.
En tanto, Alvarado agregó: “Pasaron casi todos muy rápido y no pararon. El único que lo hizo fue Messi, un genio”, destacó.
