San Juan, 1 de abril.- En un año electoral, no sólo los oficialistas, si no también los opositores, se dispusieron a escuchar el discurso del gobernador José Luis Gioja en la apertura de sesiones de la Cámara de Diputados bajo la expectativa de que el mandatario entregara directivas sobre política partidaria, pero ocurrió lo que debía pasar: sólo un repaso institucional de proyectos concretados y líneas a futuro, que es la mejor forma de honrar el lugar que Gioja ocupa.

La tropa deberá seguir esperando, y los opositores tendrán que seguir elaborando varias hipótesis, se puede resumir. En otros discursos Gioja ha dado algunas señales, muy tenues y sólo para quienes hayan querido leerlas, pero las ha dado. En este discurso no. Sólo al final tiró una de sus famosas frases, “lo mejor está por venir”, que es tan ambigua como el mandatario quiere que sea. Gioja no tiene necesidad hoy de adelantar los tiempos. Y se nota que el mandatario está jugando con las ansiedades de los opositores.

La tapa de DIARIO DE CUYO con el textual de Gioja sobre “No me gustan las reelecciones indefinidas”, en declaraciones hechas en 2007, sobre el pupitre del diputado opositor Juan Sansó para que todo el mundo lo viera, es un dato significativo. Eso es lo que muchos fueron a buscar a esta sesión, pero no encontraron.

Sobre lo institucional, el repaso todo junto parece mucho, pero no es más que lo que se viene notando en muchos años de gestión. Gioja le dio mucho espacio al “San Juan del 2023”, ese proyecto político que lo entusiasma y por el que es capaz de hablar horas y horas.

El Túnel de Agua Negra y su chance de ser licitado este año, los logros en infraestructura con hasta 300 obras marchando a la vez, un capítulo dedicado a los productores vitivinícolas con los que se enfrentó este año, otro a las expropiaciones fraudulentas, el reconocimiento a los vaivenes que morigeraron la minería, los datos numéricos sobre turismo y seguridad social, un reconocimiento al trabajo de la Cámara de Diputados por la ley del Digesto Jurídico y el proyecto de la nueva ley de Educación, y un énfasis en la “histórica” inversión en materia de seguridad, podrían resumir el discurso de 17 páginas.

Lento y pausado, pero seguro de lo que está haciendo, Gioja se mostró institucionalmente respetuoso, cuándo habían expectativas de otra postura. Por ahora, muy bien.