Colocar malla antigranizo no es una utopía para el pequeño productor y prueba de ello es el alto grado de implementación desarrollado en Mendoza.
En nuestra provincia es diferente, urge un gran cambio cultural de parte del productor agrícola. Frente al cambio climático que aumenta la periodicidad y la intensidad de accidentes climáticos como el granizo y la helada, el hombre de campo no puede permanecer inactivo. Debe buscar controlar el mayor número de variables posibles y para ello debe apostar a la tecnología que en muchos casos, dicen, se paga sola.
Esta semana Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO visitó la finca del primer productor vitícola que en San Juan colocó malla antigranizo, en la localidad de Cochagual, Sarmiento y dialogó con las empresas constructoras.
Desde la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), su vicepresidente el ingeniero José Molina Usín indicó que +el sector vitivinícola todo debe terminar de organizarse para hacer frente y morigerar el efecto de estas contingencias+, agregando que +los dirigentes deben dar señales más positivas hacia la implementación de tecnologías a través de las herramientas financieras y subsidios existentes+.
Por otro lado, cabe recordar que de los 320 subsidios que se dieron a pequeños productores asociados a través del Proyecto de Integración de Pequeños Productores a la Cadena Vitivinícola, Proviar, llevado adelante por la Coviar junto al gobierno local, donde los productores pueden optar por diferentes inversiones tecnológicas, sólo 3 pidieron para malla antigranizo. Es el 0,9375%.
Al respecto el ingeniero Molina indicó que +esta herramienta le permite al productor acceder a un subsidio de U$S 20.000 que puede destinar a proteger su parral o viña. Con este monto puede llegar a una superficie de 1 a 2 hectáreas, sin contar con la inversión propia equivalente a ese monto, que debe hacer el productor+.
Agregó que en el caso de la inversión propia del productor asociado, +puede hacerlo con el financiamiento del Ministerio de la Producción provincial y el Consejo Federal de Inversiones+.
Para Molina +la incorporación de la malla antigranizo transforma al productor vitícola en un proveedor confiable de la empresa exportadora y al exportador, en un proveedor creíble en el mercado internacional+.
¿Es rentable?
Para los profesionales consultados, el secreto está en transformar un parral en lo más parecido a una fábrica y para ello se debe invertir. Claro está que hay que analizar bien el plazo de gracia y los plazos de pago de los financiamientos. ¿Pero las cuentas cierran para un pequeño productor que es su propio operario? Una malla antigranizo equivale a unos 91 mil kilos de uva que debe producir por hectárea en unos 6 años como plazo máximo a $0,85 el kilogramo para mosto. A esto debe agregar que un plan de nutrición anual del parral sale unos 2.900 kilogramos de uva.
