En pleno centro de San Juan, existe un área que por su significación histórica se denomina "área fundacional". Pero pese a la profunda carga simbólica del sitio, a partir del cual puede contarse la historia de San Juan desde su fundación hasta la época actual, pasando por la Campaña Libertadora, el nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento y la declaración de la Independencia, el lugar estuvo envuelto en un conflicto entre dos instituciones que parecía irreconciliable. Hoy, cuatro años después de aquel desencuentro que terminó con la pelea de la Asociación Cultural Sanmartiniana (ACS) y el Convento de Santo Domingo, encargado de la administración y cuidado de la Celda Histórica de San Martín, las cosas parecen haber vuelto a su cauce. Es que mientras los frailes se preparan para finalmente ver iniciada la obra de construcción del nuevo edificio escolar, los integrantes de la Asociación Sanmatinana aguardan la partida de dinero necesaria para concretar la expropiación del terreno que les cedió el Gobierno de San Juan, y que se encuentra pegado al predio que ocupan la Celda y el Convento, en la manzana rodeada por Libertador, Entre Ríos, Laprida y Mendoza.

El conflicto, de antigua data, tuvo su origen en una disputa por la custodia y difusión de la presencia sanmartiniana en San Juan. Mientras los dominicos respaldaban esta paternidad en el hecho de ser los dueños del lugar donde pernoctó el Libertador cuando estuvo en la provincia, la ACS reclamaba por su rol de protectores y difusores de la vida y obra de San Martín. La visita de una delegación de la Comisión de Monumentos, Lugares y Museos Históricos de la Nación precipitó las cosas: un informe que hablaba de un discurso museológico incorrecto hizo que muchos bienes que estaban en la Celda fueran sacados de allí por la ACS, para dejarlos luego en custodia en dependencias del RIM 22.

Hace muy pocos días, el Convento de Santo Domingo respondió al expediente de retrocesión ingresado ante la Cámara de Diputados, con un proyecto de colegio a construirse en el espacio que actualmente ocupa una playa de estacionamiento. El proyecto tuvo la misión de rendir cuentas a los diputados, de la situación en que se encuentra la obra en aquel terreno donado para un colegio, pero que hasta la fecha nunca fue ocupado. Pero no se trata de un proyecto para hacer un edificio escolar y nada más: es un plan integral de puesta en valor de esta área fundacional, que incluye la construcción de un edificio, la terminación del templo tal como fue ideado y la revaloración de la propia Celda Histórica como tal. Lo novedoso del tema es que superando las viejas antinomias, tanto los frailes como los miembros de la ACS quieren hacer buena letra. Las nuevas relaciones calzan como anillo al dedo de quienes podían ver que este conflicto, lejos de resultar provechoso para uno u otro, alejaba las partes más que acercarlas.

Hoy las cosas han cambiado. Desde la Celda Histórica, fray Manuel Martínez Maciel expresó su intención de realizar actividades complementarias con la Celda Histórica y desde la ACS, su titular, Miguel Angel Licciardi, se animó a hablar de "buena vecindad" para referirse a la situación actual que mantiene con los frailes.

"El conflicto ya está superado. Cuando tengamos nuestro local, que estará muy pegado a la Celda, podremos desarrollar actividades complementarias, para brindar un mejor servicio a la difusión de la obra sanmartiniana", dijo Licciardi, quien sin embargo reconoció que hace mucho tiempo que no va por la Celda. En tanto, fray Manuel Martínez aseguró que "la Celda no tiene rencores. Hay que mirar para adelante y empezar a construir con todos, porque así estaremos siendo fieles a la intención de divulgar la obra sanmartiniana".