En esta serie final por la Promoción, no hay lugar para una definición por penales porque reglamentariamente, la ventaja es de Belgrano de San Francisco que ganando por la diferencia que sea, tendrá el derecho a pelear una plaza en la B Nacional. Pero en esta rica y jugosa historia que Sportivo Desamparados tiene en el Argentino A e incluso desde que volvió del Argentino B, hay fechas y circunstancias extremas que mostraron su mística para sortear esos obstáculos. Y hoy, que se apresta a vivir un nuevo desafío en San Francisco, apelar a la memoria tiene su justificación para ver que este Desamparados es capaz de todo.
En mayo de 2004, cuando el ‘operativo Regreso’ tomaba cuerpo, para Sportivo Desamparados se le planteó una de las visitas más duras: ir a Lincoln donde El Linqueño se dio el gusto de sacarle el invicto al vencerlo por 1-0. En la revancha, el 16 de mayo en San Juan, Sportivo tenía que remontar ese 1-0 primero y luego sacar más ventaja para llegar a la final. Fue de mañana en Puyuta y costó mucho más de lo pensado porque apenas logró la mínima ventaja y apareció la figura de Emanuel Guirado para hacer el milagro -el primer milagro- en los penales. Con la legendaria camiseta naranja, Guirado atajó 3 de 4 y puso a Sportivo en la finalísima con Rosario Puerto Belgrano, que luego derivaría en ascenso.
En la primera temporada en el Argentino A, en ese mismo 2004, el Apertura lo tuvo de finalista a Desamparados pero para llegar tuvo que dejar en el camino al cotizado Luján de Cuyo de Mendoza. Fue el 5 de diciembre y otra vez por penales tras perder 1-0 en el Bajo mendocino. Claro, estaba Emanuel Guirado y gracias a los penales, Sportivo ganó por 5-4 y fue finalista para enfrentar a Ben Hur de Rafaela, el 8 de diciembre en San Juan y luego, en Santa Fe, aunque sin poder gritar campeón.
En el 2005, Desamparados se había quedado afuera de la pelea directa por el ascenso y tuvo que encarar por el camino más largo: la Reválida. Allí, se cruzó primero con Brown de Puerto Madryn -hoy ascendido- en San Juan primero y luego en el Sur. Acá ganó 3-0 y parecía que esa ventaja alcanzaba. Pero no fue así. El 17 de abril vivió una de sus gestas más espectaculares porque faltando 15 minutos para el final del partido perdía 5-0 pero descontó, terminó 2-5 y fueron otra vez a los penales para buscar la gloria. Y, claro, con Guirado en el arco todo era posible y el 3-1 final en la serie de penales lo hizo avanzar a otra fase, donde se cruzaría con Villa Mitre de Bahía Blanca para eliminarlo y más tarde verse las caras otra vez con Luján de Mendoza.
Pero si existe una definición que quedó marcada para Sportivo es la del 21 de diciembre del 2006 cuando fue campeón del Apertura de esa temporada. El rival fue Santamarina de Tandil, que era sensación y venía en ganador. En la ida, el 16 de diciembre, le ganó 2-0 a Desamparados. El desafío era darlo vuelta en San Juan y en cancha de Trinidad, parecía que el milagro era posible. Empezó ganando, le empataron y en el segundo tiempo llegó al 3-1 final que abrió otra vez el dramatismo de los penales. Y, claro, con Guirado en el arco, sabía que podía. Porque logró contener 3 de 4 remates y la primera conquista grande de Sportivo en el Argentino A fue realidad.
