Si bien sabían que la obesidad que tenía Víctor era peligrosa, nadie se imaginaba este final tan repentino. Por eso, la sorpresa y la conmoción se apoderaron ayer del Lote Hogar 53, en Rivadavia, donde el único tema de conversación fue la muerte del hombre que pesaba más de 350 kilos. Los vecinos y los familiares de Víctor Hourquebie lo recordaron entre lágrimas y anécdotas de su niñez. La noticia llegó hasta los medios nacionales.
Tenía 36 años y pedía ayuda para volver a ser independiente. Es que su obesidad no le permitía moverse de su cama. Por eso, hace uno días habló con DIARIO DE CUYO, porque ya no quería ser un estorbo en su familia. Sin embargo, su cuerpo no aguantó más tiempo y el domingo en la noche (día que salió publicada la nota), comenzó a descompensarse. Y en la madrugada de ayer, un paro cardíaco le puso fin a tanto sufrimiento. Así, el humilde barrio se despertó con esta triste noticia. Y la vereda de la casa de Víctor estuvo todo el día llena de grupitos de vecinos, amigos y familiares que se saludaron con los ojos llenos de lágrimas.
Mientras Rosalinda, la mamá de Víctor, contó cómo fueron los últimos minutos de su hijo que falleció tomado de su mano, los vecinos no pararon de entrar para ofrecer las condolencias. Es que, el hombre que era un dibujante apasionado, fue velado en la misma habitación donde vivía encerrado desde hace un tiempo. Es más, la cama que le hicieron sus hermanos y el ventilador que lo acompañaba encendido las 24 horas del día, seguían en la misma posición y haciendo el ruido de siempre.
Víctor reparaba computadoras y celulares y soñaba con adelgazar para ser jugador de rugby. Y aunque hizo muchas dietas nunca pudo ponerle un freno a la enfermedad. Sin embargo todos los que lo conocían no dejaron de sorprenderse tras su fallecimiento. Para ellos, la muerte de Víctor fue inesperada. Por eso, lo recordaron llorando y a la vez riendo.
Según sus hermanos y sus primas, a Víctor nunca se le borró la sonrisa del rostro. Lo definieron como un excelente compañero y consejero. Y sus vecinos, por otra parte, dijeron que era respetuoso con todos. Es más, hasta dijeron que la familia de Víctor era una de las más queridas de todo el barrio. ’Todos conocíamos a Víctor y la noticia nos tomó totalmente por sorpresa’, dijo Julia Moreira, que vive justo al lado de la casa del hombre. Al igual que ella, Rosario González, otra vecina, no pudo ocultar la tristeza mientras hablaba de Víctor.
’Me pongo en el lugar de madre y debe ser un dolor insoportable’, dijo esta vecina.
Y la conmoción fue tal, que después de que se dio a conocer el caso de Víctor y el posterior fallecimiento, hasta el programa Cuestión de Peso, se contactó con Rosalinda para contar la historia de este sanjuanino.
El doctor Alberto Cormillot y Sergio Verón, especialistas que trabajan en el programa que se emite en canal 13 al mediodía, explicaron que ellos se enteraron del caso el domingo pasado, por este medio y que iban a buscar la forma de tratarlo personalmente, sin embargo ayer también se despertaron con la triste noticia.
’A través de DIARIO DE CUYO nos enteramos del caso y con Cuestión de Peso y la Clínica Cormillot íbamos a hacer todo lo posible para asistirlo. Pero si no era fácil trasladarlo desde la casa a un hospital más difícil sería hacerlo hasta Buenos Aires’, dijo Sergio Verón. Mientras que Cormillot dijo: ’no conozco cómo estaba Víctor. Pero puede haber tenido insuficiencia cardíaca o una trombosis por estar quieto en la cama. La sangre se estanca y tapa alguna arteria’. Y dijo que el infarto era, en este caso, un desenlace inevitable. Además, se emocionaron hasta las lágrimas cuando explicaron que para casos así no hay féretros disponibles. Rosalinda contó que ellos debieron mandar a hacer el cajón a Mendoza, porque acá no conseguían.
Víctor Hourquebie tuvo problemas de obesidad desde los 4 años. Llegó a bajar muchos kilos y estuvo a pasos de hacerse un bypass gástrico, sin embargo un problema de salud lo tiró a la cama y nunca más se levantó porque estaba deprimido. Murió cerca de las 2 de la mañana pero desde temprano le dijo a su mamá que se sentía mal y que no quería estar solo.
