Al nacer, la bautizaron con el nombre de María del Tránsito Eugenia de los Dolores y siguió la tradición familiar dedicándose a la vida religiosa. De los 8 hijos que sobrevivieron en la familia Cabanillas, cuatro fueron religiosos. Pero María marcó una diferencia. Hoy, más conocida como Madre Tránsito, y cuyo apellido era Cabanillas, se la recuerda como la gestora de una congregación franciscana dedicada a la educación y a la protección de los niños. Nacida y criada en Córdoba, esta mujer dedicó su vida a los más chicos, sobre todo a los que estaban desprotegidos o abandonados.

La religiosa nació en Carlos Paz, el 15 de agosto de 1821 y falleció, tras una larga enfermedad, a los 64 años. Fue la fundadora de la Congregación de Hermanas Terciarias Misioneras Franciscana, que tiene 20 casas y una de ellas está en San Juan. Se trata del Colegio el Tránsito de Nuestra Señora. Madre Tránsito fue beatificada por Juan Pablo II en el 2002, convirtiéndose en la primera beata mujer argentina, según consta en la página oficial de la congregación cordobesa. Ahora va camino a la santificación.

Pero para llegar a esto, tuvo que transitar un duro camino. Fue la tercera de once hermanos y tras la educación primaria, fue enviada a la ciudad de Córdoba para continuar con sus estudios. Pero a su vez, cuidaba de su hermano menor, que estaba preparándose para el sacerdocio en el seminario de Nuestra Señora de Loreto. Por entonces, llevaba una intensa vida como catequista y realizaba muchas obras solidarias. Visitaba frecuentemente a los pobres y a los enfermos. Por ello, tras la muerte de su madre, en 1858, la mujer ingresó a la Tercera Orden Franciscana para intensificar su vida religiosa.

LA CONGREGACIÓN:

Ni bien ingresó al convento, comenzó a gestarse en ella la idea de fundar un instituto para la educación cristiana de los niños pobres y abandonados. Fue en 1871 cuando conoció a Isidora Ponce de León y gracias a ella se trasladó a Buenos Aires para ingresar al monasterio para ser monja de clausura, algo que tuvo que dejar por cuestiones de salud. Luego se trasladó a Montevideo pero también se enfermó allí. Mientras que sufría los avatares de su precaria salud, no dejó de pensar en la idea de fundar la institución para los niños. Varios franciscanos la alentaron a ello. Fue en 1878 cuando obtuvo la aprobación eclesiástica de su proyecto, que llevó adelante junto a sus compañeras Teresa Fronteras y Brígida Moyano. Con ellas dio inicio a la Congregación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas de la Argentina.

La nueva congregación tuvo inmediatamente una gran afluencia de vocaciones, de manera que todavía en vida de la fundadora se inauguraron el colegio de Santa Margarita de Cortona en San Vicente, el del Carmen en Río Cuarto, y el de la Inmaculada Concepción en Villa Nueva. Luego de su muerte, abrieron otras instituciones.
Pero su salud siempre fue precaria. Sus fuerzas físicas decayeron y el 25 de agosto de 1885, falleció, en San Vicente de Córdoba.

LA BEATIFICACIÓN:

En julio del 2001, la Argentina se conmovió por enterarse que esta monja iba a ser beata. De este modo se transformaría en la primera mujer argentina en llegar a este estado religioso. Fue tras la certificación del Vaticano de una curación milagrosa de un sacerdote argentino, el misionero franciscano José Roque Chielli, que en 1970 padecía un aneurisma cerebral incurable, del que se recuperó inexplicablemente, luego de elevar sus oraciones a la religiosa. Cuando fue la beatificación, este hombre tenía 90 años.

En el proceso para la causa de su beatificación abundaron los testimonios que cuentan cómo los viernes Tránsito iba de rodillas, de una hermana a otra, besándole los pies, y como ese mismo día tomaba su canastita y salía a pedir limosna, acción en la que recibía más insultos que ayudas.

El 15 de abril del 2002, el papa Juan Pablo II, en el marco de su beatificación, dijo a los argentinos que presenciaron la ceremonia que “no tenían que caer en el desánimo ni en el revanchismo”, y les pidió que tomaran como ejemplo a la flamante beata argentina. Fue en los momentos en el que el país atravesaba una dura crisis económica. Lo hizo en el Vaticano, durante una ceremonia emotiva que conmocionó a muchos argentinos que viajaron para esa ocasión.