Pierina Ciallella y Marcelo Bartolomé vuelven a cantar… en público, porque en realidad nunca dejaron de hacerlo. A casi cuatro meses de la muerte de Nico, el tercero de los cuatro hijos de los músicos, el Dúo Mixtura abrirá esta noche el ciclo de peñas en San Ceferino.
‘Vamos día a día’, dice Pierina, quien es la primera en reconocer que el regreso tiene que ver con ‘una necesidad laboral’ y con un modo de ‘intentar arrancar’. ‘Necesitamos trabajar, hasta que yo pueda arrancar con mi trabajo más formal. Y así surgió una actuación en Mendoza, en el Centro Cultural Ojo Azul, fue un respiro arrancar en Mendoza, porque no había tanta presión emocional’, analiza Pierina, que sabe que actuar en San Juan los pondrá en otro lugar, pero el hecho que sea en una peña familiar en lugar de un recital intimista, les da un poco de aire. Esta vuelta, para Marcelo es ‘retomar lo que realmente somos y desde un lugar nuevo, nada puede ser igual. La música y estar arriba de un escenario, es por un lado, algo que hicimos siempre, pero por otro lado es renovar un compromiso’. En el comedor de la casa de la familia Bartolomé Ciallella, donde reciben a DIARIO DE CUYO, Nico está muy presente. Las imágenes tapizan las paredes y atraviesan en diagonales la habitación. Su biografía en fotos, postales del jardín, o junto a sus hermanos Luisa, Julián y Santiago, y hasta en el escenario junto a sus padres, porque él siempre decía que eran ‘una familia de artistas’. Las fotos después irán a un cuaderno o libro, pero ahora fue su forma de ‘pasar las fiestas con él’. Si la música ayuda a sanar las heridas del alma, para Pierina no caben dudas. ‘La música es parte de nuestra vida desde chicos los dos, que es sanadora, ya lo habíamos comprobado en nuestro trabajo, pero nunca pensamos, obvio, nadie se imagina, que iba a ser el único camino de sostén y cohesión. La música fue el sostén; porque incluye lo humano y social’. Y es que la pareja de músicos aún está conmovida por las muestras de cariño que recibieron, no sólo de amigos y familiares, sino por las manifestaciones de personas desconocidas que les hicieron llegar regalos, cartas y oraciones. ‘Siento que es pura empatía. Nadie quiere imaginarse perder un hijo; ha movilizado más allá de nuestras redes, ya no nos pertenece lo que pasó. Cuando nos dimos cuenta fue contradictorio, porque nos sentíamos muy expuestos, y decíamos necesitábamos espacio y al mismo tiempo fue darnos cuenta nuestro rol en la sociedad’.
‘Son increíbles las cosas que han pasado’, dice Pierina, mientras muestra una manta tejida, formada por cuadrados de distintos colores que es el producto de una red de personas, que comenzaron el proyecto movilizados por el dolor de sus amigos, y a la que fueron sumando a sus propias familias para tratar de ‘transformar el dolor’ en algo que creativo. ‘Nos contaron que estaban preparando una sorpresa, pero después nos invitaron. Esta movida de dos o tres se transformó en una movida de 100 personas, gente que desde afuera de la provincia mandaba cuadraditos para hacer una colcha que nos regalaron, un mural, donde cada persona que venia, tejía, o pintaba, o escribía algo. Fueron tres meses… la solidaridad y el amor de esta red humana nos ayudó muchísimo’, apuntó la cantante. En este regreso a los grandes escenarios, los Mixtura no harán un homenaje explícito a su pequeño: es ‘interno, siempre’, dice Marcelo, pero destaca que cada vez que cantan Diamante (de Jorge Fandermole), Nico aparece, porque ‘él la cantaba y la tocaba’. En el mismo sentido, Pierina no es ‘partidaria de hacer un acting de una situación tan seria. Antes cada vez que subía al escenario tenía la imagen de mis abuelos, sentados escuchándome, ahora tengo uno más’. ‘Si vos me preguntás si uno tiene ganas (de cantar), uno no tiene ganas de nada más, nunca más. Pero qué hace uno cuando viene sosteniendo un camino y una idea; se pone a prueba todo y con tres chicos más. Ellos son nuestro GPS, la brújula’, confiesa Pierina sobre cómo seguirán adelante con sus vidas.
