Tras la partida de Jorge Rojas en 2005, produjo una conmoción fuerte en el grupo. Los Nocheros necesitaban llenar ese espacio, no era fácil. Y con apenas 20 años, en medio de mucha presión, Álvaro, el hijo de Mario Teruel, tomó la posta para darle una nueva etapa llena de alegrías para el grupo en los últimos diez años. En un momento, Kike Teruel se tomó un descanso el año pasado y aún así, el joven nochero puso la frescura para que el equipo no decaiga. Así y todo, es quien abre la puerta para recibir a las nuevas generaciones que descubran la música folklórica con una energía renovadora. DIARIO DE CUYO dialogó con el cantante antes de salir a escena en el Anfiteatro Buenaventura Luna para la Fiesta de la Tradición Jachallera.
– Desde que estoy cantando con Los Nocheros, el 2015 es el año más productivo en cuanto a cantidad de shows. Nunca paramos de actuar desde el verano pasado, estando todos los fines de semana. Para nosotros que vivimos de esto, es lo mejor que nos puede pasar. Es un año fabuloso. Somos un entretenimiento que saca a la gente de la cotidianeidad, hacerla vibrar, sentir, bailar, acordarse de un amor perdido, esperanzarse por un nuevo amor. No paramos de agradecer que sigan confiando en nosotros para fiestas tan importantes y populares como de la Tradición, porque levantamos la bandera del folklore y la música popular. Nos llevamos el habla, la voz y el quejido del pueblo.
– Al ser la voz más joven, ¿benefició al grupo para enganchar a nuevos públicos?
– Hay gente que nos está descubriendo por primera vez. Estamos por cumplir 30 años, pero hay chicos nuevos que no nos conocen aún, entonces es un desafío hermoso para llegar a ellos, dar con la nota, alcanzar su atención. Estamos en la búsqueda de nuevas propuestas para dar lo que los jóvenes quieren escuchar. Agradezco que muchos chicos se copen y se incentiven con mi presencia para el folklore. Creo que ha servido para esto, el hecho que me puedan ver cantar con ellos. La música nochera no tiene edad, no es para un género específico. Es música que sale del corazón de nuestra tierra salteña. Esa tradición no pasa. Para mí el folklore argentino es lo que más mueve y siempre busca la vanguardia. Aquellos que dicen que la tradición está muerta no es verdad.
– Hay un montón de grupos que surgen con jóvenes folkloristas. Los Nocheros hizo una punta antes y quizás muchos vienen siguiendo la onda que impusimos. El folklore está presente en todas partes, mucho más que otros que hacen pop o reggae, los cuales no tienen escenarios para tocar. Lo que pasa con Buenos Aires, es que debe entrar algo novedoso y que pegue, que logre ser masivo. Esto rige para el folklore, lo mismo con la pintura, el teatro, el género que sea. Tiene que romper para que comunique mucho y quizás la propuesta no llega a un medio grande, aunque sea de muy buena calidad. Entonces no se puede forzar. Confío en lo que hacen los chicos, vienen muy bien preparados, todos trabajan en estudio, hacen sus maquetas, leen y estudian, componen sus canciones; hay muchos ítems que muestran cómo está la realidad de la música nacional.
– Su ausencia se notó mucho. Es obvio: somos un cuarteto vocal y estamos acostumbrados así. Gracias a Dios volvió con todas las pilas ahora. Es un incansable pensador, arma, desarma, arregla, en el escenario se lo escucha de verdad. Nos vino de diez que está ahora recargado con ganas. Lo necesitamos a él y lo disfrutamos mucho. Cuando nos relajamos un poquito, algo empieza a temblarnos los pies, porque el ritmo nochero no se detiene. Tiene su exigencia y no hay descanso para esto. Nosotros estamos para cantar y siempre haciendo un hecho artístico. Todos nos piden que cantemos.
– Tanto en la música, componer, la actuación, descubro un mundo gigantesco. Ni hablar de hacer algo socialmente que puede despertar conciencias. Lo mío va más allá de la transformación de un aspecto. No puedo pretender que todas las chicas me persigan. Mis valores, mis aspiraciones van por otro lado, eso no me va. Pero disfruto el andar de mi edad, lo joven que soy, el recibimiento de las chicas, lo disfruto, pero no me quedo con esa. Si no sería muy aburrido.
– Quiero que la música haga de mí, ser la mejor persona posible, estar despojado de prejuicios. Que la música, los afectos y el público haga de mí el mejor tipo que pueda ser. Mis compañeros son unos pilares fundamentales que me ayudan en ello. Tenemos una energía que fluye en los cuatro, es grandiosa y no la quiero perder.
