Durante los últimos 20 años, los llamados "teens”, palabra de origen inglés, que significa adolescente, han entrado al mundo del mercado con más fuerza. Contantemente vemos en las revistas, en los diarios y en la televisión el importante aparato propagandístico que apunta, o mejor dicho bombardea a nuestros jóvenes, siendo estos tal vez los más vulnerables a la hora de ser convencidos o manipulados como simple consumidores de miles de productos, no solo materiales sino ideas sin critica.
Sabemos perfectamente que la adolescencia es una etapa de la vida de grandes incertidumbres y de cambios físicos que impactan fuertemente en la apariencia y en lo social, ese "dolor” que provoca el cambio ha sido traducido en un mundo globalizado como una oportunidad de aprovechamiento mercantil. El término cultura posee muchas definiciones, sin embargo apunta a los modos de transformar el medio para satisfacer las necesidades y que involucra a los grupos sociales, entendiendo así que la mezcla entre los jóvenes y el consumismo provoca una neo-cultura juvenil.
En pleno siglo XXI, los adolescentes conforman tal vez una subcultura de una macro-cultura global, esto puede ser interpretado de diversas formas. Esa famosa frase "la imagen lo es todo”, tal vez resuma mucho de lo que quiero decir.
Luego de los años 90 se comenzaba a vivir una globalización real que apuntaba al mercado de las telecomunicaciones, tal vez fue inesperado pensar que los jóvenes serían su máximo apoyo. Hoy en día vemos "productos” que apuntan plenamente a los jóvenes y de ello podemos hablar de la moda, música, revistas, películas, libros, accesorios, perfumes entre otras. Grandes marcas apuntan a vestir a nuestros "teens” para que puedan verse y sentirse "bien”, entre ellas 47 street, AG Underwear, Como Quieres que te Quiera, Cristóbal Colón, Kosiuko,Levis, John Foos, Pony o Vans. Ahora bien pareciera que sin el uso de estas marcas los adolescentes están fuera de esta cultura teens.
Si hablamos de adolescentes no podemos dejar de hablar de "modelos a seguir”, aquellos que parecieran ser los ejemplos que imitan o pretenden copiar, pero que en realidad su mensaje es vacío, o por lo menos con poco contenido de solidaridad, respeto, valor al sacrifico.
Escuchamos constantemente hablar de One Direction, Violeta, Tan Biónica, No te va a gustar, entre una mezcla de sonidos y letras que marcan un camino o una identidad sin identidad definida, y como todo esto refleja una mirada de la adolescencia ya no como un camino a seguir donde se deben marcar pautas, forjar actitudes, sino más bien los valores se asocian a la facilidad, al mundo de lo cómodo y sencillo.
Y como frutilla de postre, nuestros teens, pertenecen al infinito mundo de las tecnologías, las cuales como ya dijimos apuntan exclusivamente a ellos. Así vemos como los celulares de primera línea, tablet, notebook, son sus principales herramientas en el arte de la in-comunicación, es decir estar en las redes las 24 horas del día. Las redes sociales son tal vez el hogar virtual de los teens, Twitter, Facebook, Whatsapp, donde manifiestan sus sentimientos sin ningún filtro, la alegría, el dolor, la angustia y en mucho de los casos hemos visto como a veces tragedias podían leerse en sus muros de Facebook. Esta cultura también hoy parece estar atravesar por una violencia que se corporiza en los ataques a lo diferente a lo que es una amenaza. Esto es lo que en los últimos años se ha denominado bullying y que hoy pareciera una "moda” en las escuelas, como las famosas peleas o violencia juvenil donde no solo los varones participan sino que ahora las chicas son protagonistas. Hoy nos queda pensar en esta nueva cultura teens, que se encuentra en nuestra sociedad, buscando tal vez explicaciones o realmente necesitando un mundo de contención, que se nutra de una mirada real y que apunten a valores multiculturales, solidarios, respetuosos, buscando tal vez refundar nuestro mundo.
(*) Cátedra Antropología- FFHA- Dpto. Historia.
