Con aplausos y fuegos artificiales, anoche Mendoza coronó a la nueva Reina Nacional de la Vendimia, Candela Carrasco, la bella representante de San Martín (que arrasó la elección con 97 votos) quien recibió los atributos reales de manos de la soberana saliente, Florencia Moreno Tous, con lágrimas de emoción y una sonrisa radiante. El segundo lugar quedó para Nadia Estefania De Longo, de Godoy Cruz ; que se convirtió en la Virreina de la máxima celebración mendocina.
El marco imponente lo aportaron desde las gradas del anfiteatro Frank Romero Day y los cerros aledaños, las más de 30 mil personas que le pusieron color y emoción a la Fiesta Grande de la provincia, que comenzó puntual (los tiempos los marcó la televisión centralizada en la transmisión de canal 7 de Buenos Aires) con el espectáculo central, "Cosecha de esperanza" que, bajo la dirección de Walter Neira, homenajeó la lucha sin descanso y el esfuerzo del viñatero.
Fue una realización prolija, sin exageraciones. La discreta escenografía sobre el escenario central y las cajas lumínicas en los cerros, fueron acompañando uno a uno los detalles escenográficos de la fiesta. Un detalle que se destacó este año fue que no se utilizó el recurso de la voz en off, como se hacía habitualmente en presentaciones anteriores. La dirección prefirió darle protagonismo a una voz femenina que estuviera presente sobre el escenario y fuera contando la historia. La responsabilidad recayó sobre la actriz local Silvia del Castillo que superó con creces la apuesta.
En cuanto a la propuesta musical, que se caracterizó en esta edición por tener un 50% de música inédita y un 75% música en vivo, hubo un equilibrio constante, tanto en el aspecto creativo como en el repertorio elegido de la música tradicional. Lo evidenciaron las 35 mil almas que colmaron el Frank Romero Day y sus alrededores, coreando durante toda la noche tonadas, cuecas, gatos, polkas y rancheras. Pero el detalle que marcó la musicalización de la Fiesta, fue que sus responsables -Oscar Puebla y Sergio Embrioni- le dieron a las canciones tradicionales un vuelco universal y una textura instrumental más amplia. Así por ejemplo, y como bromeó Puebla, "la canción típica Claveles mendocinos suena más con una onda a Pat Metheny que otra cosa".
También se aprovecharon más los recursos habituales del contexto natural que aporta el teatro griego. Neira jugó y le dio bastante protagonismo a los cerros, el agua y a los viejos efectos lumínicos que ya no se utilizaban. En resumen, anoche los mendocinos y el país vivieron una edición más de la Fiesta Nacional de la Vendimia que dejó un mensaje esperanzador y una frase que se grabó a fuego: "la tierra se vuelve más bella cuando llega la cosecha".
