Si bien aún no están conectados al Sistema Cloacal se sienten felices porque están a un sólo paso de entrar una vida de mayor confort. ‘No vemos la hora que de decirles adiós a los pozos negros’, dijo Daniela Quilpatay, una de las vecinas de Villa Krause que será beneficiada con la obra que se habilitó ayer. Al igual que ella, otros habitantes de la zona dijeron que ya están cansados de que los pozos colapsen o de acarrear baldes de agua para lavar los platos o la ropa y para bañarse.
Comodidad es la palabra más repetidas por los vecinos a la hora de decir cuáles serán los beneficios que tendrán con cloacas. Y es que la vida de estas familias está llena de estrategias para evitar que los pozos negros se llenen y colapsen.
‘Lavamos la ropa lo menos posible y cuando el lavarropas centrifuga sacamos el agua con baldes y la tiramos en el patio’, dijo Claudia Aguilera, quien vive en calle Elizondo casi Boulevard Sarmiento desde hace más de 20 años.
Daniela Quilpatay, dijo que, además de hacer lo mismo cuando lava ropa, también junta el agua en baldes cuando lavan los platos e incluso cuando se baña. ’Dejamos un fuentón bajo la lluvia del baño y cuando terminamos de ducharnos salimos y tiramos el agua a la cuneta’, dijo. Es que, explicaron que en varias ocasiones los pozos debieron ser vaciados y eso, además de ser una gran incomodidad por el olor, es muy costoso. Según los vecinos contratar a un camión atmosférico cuesta cerca de 500 pesos y hay muchos que deben repetir esto cada dos o tres meses.
‘En los últimos dos años tuvimos que desagotar el pozo negro tres veces’, dijo Mario Alessi y al igual que él Augusto Flores, dijo que el pozo ya no da más porque son casas que tienen más de 25 años. ’Nosotros tenemos un sistema muy casero para poder tirar el agua del lavarropas. Primero va a parar a un tacho de 250 litros, de ahí con una manguera sacamos el agua hasta un pozo que hicimos a un lado del jardín. Es un agujero especialmente hecho para eso’, dijo Augusto y contó que sabe de varios vecinos que debieron construir pozos negros nuevos porque los que tenían ya no daban abasto y habían colapsado.
Por su parte, Laura Molina contó que en su casa viven 7 personas y que después de desagotar varias veces el pozo negro debió construir uno nuevo. ’Hace casi un año lo hicimos porque el otro ya no servía y vaciarlo de nuevo era gasta plata en vano. Pero ahora no vemos la hora de poder conectarnos a las cloacas. Es más, ya hicimos toda la conexión interna para que cuando nos den el OK directamente dejamos de usar el pozo negro’, dijo la mujer, que también riega el jardín con el agua que queda tras lavar los platos.
