En nueve meses de sesiones ordinarias, la oposición -que fue mayoría en la Cámara de Diputados y una fuerza muy significativa en Senadores- sólo pudo sancionar una ley: la que elevó las jubilaciones al 82 por ciento del salario mínimo.
Sorprende comprobar además que para llegar a ese resultado, el arco anti-K necesitó del voto de desempate del vicepresidente Julio Cobos, como había sucedido dos años antes en el debate sobre la Resolución 125, de retenciones agropecuarias.
El 13 de octubre de 2010, la votación del proyecto que fijaba un piso jubilatorio del 82 por ciento electrizó a los 70 legisladores que ocupaban sus asientos en la Cámara Alta: el tablero electrónico mostró un empate en 35 sufragios. Como en la madrugada del 19 de julio de 2008, Julio Cobos rompió el equilibrio a favor de la iniciativa adversa al Gobierno nacional.
La vigencia de la ley de aumento a los jubilados fue muy corta: el Ejecutivo la vetó con un decreto el 15 de octubre.
El proyecto de Protección de Glaciares fue otra iniciativa de opositores pero en ambas cámaras fue votado también por oficialistas. El 29 de septiembre, la norma obtuvo mayoría (35 a 33) en el Senado, con la inestimable ayuda de connotados kirchneristas como el presidente provisional, José Pampuro, y el titular del bloque oficial, Miguel Pichetto.
Ninguna otra iniciativa opositora consiguió ser aprobada por las dos cámaras del Parlamento. Diputados, donde el cambio de representantes por las elecciones del 28 de junio de 2009 fue más amplio, consiguió sancionar un mayor número de propuestas, pero todas se estancaron en las aguas pantanosas del Senado.
También en la Cámara Alta, los opositores iniciaron discusiones de asuntos que finalmente consiguieron imponer, pero los temas fueron a morir de intrascendencia en la frontalidad de los choque de Diputados. La oposición inició las sesiones en marzo en el Senado con el convencimiento de que disponía de una mayoría de 37 legisladores, contra el oficialismo que vio reducir su cómoda mayoría de seis años, a un número inferior al quórum propio.
La imagen de un arco anti K triunfante fue sólo un espejismo, que ocultaba otra realidad: había un empate virtual, que sólo fue destrabado según la habilidad de cada cual para conseguir aliados en temas discutidos. La oposición protagonizó una sola votación en la que obtuvo, con el concurso de Carlos Menem, los 37 votos de la mayoría.
Fue el 3 de marzo, cuando se quedó con la mayoría en todas las comisiones.Tras esta experiencia, los disidentes necesitaron de la presencia de oficialistas para ganar cualquier compulsa y los kirchneristas se aprovecharon de las debilidades de los opositores.
Hubo varios proyectos opositores que se quedan a mitad de camino: como el de impuesto al cheque o el de normalización del INDEC. Un resultado excesivamente magro, para cuerpos legislativos donde anidaron los representantes de una oposición que en conjunto reunió a los dos tercios de los votantes del país el 28 de junio de 2009.
