En un año donde en la provincia de San Juan se puso en tela de juicio el uso que le dan los municipios a las regalías mineras, principalmente en Iglesia, y tras cartón el pedido de varios intendentes para que esa renta se coparticipe, el miembro sanjuanino del Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM), Mario Capello, dialogó con DIARIO DE CUYO y salió al ruedo con la idea de que la provincia tenga un ‘plan estratégico‘ para que esa renta minera vaya a obras estratégicas y no domésticas.
-Usted propone un ‘plan estratégico‘ para las regalías mineras…
-Lo que yo planteo es que con las regalías no se deben cometer los errores que, por ejemplo, cometieron las provincias petroleras, que con ese dinero pagaron sueldos. ¿O usted nota que Santa Cruz, Neuquén, Chubut o Mendoza se distinguen del resto de las provincias en estos momentos donde hay crisis? La respuesta es no. ¿O uno puede ver ese aporte fenomenal de las regalías en esas provincias? La respuesta vuelve a ser no. Están igual que las otras, porque estos recursos extraordinarios los metieron en gastos corrientes.
-Pero en San Juan las regalías mineras van a obras de infraestructura, no a rentas generales…
-Bueno, esa ley fue una creación mía, pero cuando hoy ya tenemos 7 años de regalías mineras y vemos que los municipios a los que va esas regalías no han cambiado tanto, me pregunto ¿qué se hizo mal? Por ejemplo Iglesia, donde vemos la misma Iglesia de siempre, con un poquito más de veredas y de acequias, nos damos cuenta que algo no se hace bien.
-Entonces, ¿usted plantea auditar los gastos de las regalías?
-Por supuesto. Que los municipios rindan cuentas públicas, es mucha plata y la gente tienen derecho a saber qué se hace con esa plata. Ya no nos podemos quejar de todo lo que un intendente no hace, acá hay que cambiar la forma de disposición de los recursos para que esos recursos permitan generar nuevas oportunidades productivas de todo tipo en el departamento. Deben los concejales y la gente misma, los vecinos, proponer un listado de obras. Pero en los municipios no hay capacidad administrativa para ejecutar esos proyectos.
-¿Y quién hace esos proyectos?
-La Universidad Nacional de San Juan, ahí están los equipos técnicos para hacerlos.
-Pero, ¿cómo sería el canal para materializarlos?
-El municipio propone un verdadero plan de desarrollo productivo y la Universidad elabora el proyecto. Que los fondos que van a los pueblos vayan a obras estratégicas, no a cualquier tipo de obras.
-Hoy con los fondos se financian polideportivos, pavimentos, veredas, etc, ¿los ve mal direccionados?
-A ver, esas obras se pueden hacer con otros fondos. Tienen los fondos de la soja, hay fideicomisos mineros, fondos especiales para infraestructura, etc, etc, etc.. Yo planteo que los fondos de las regalías mineras vayan a obras que redunden en beneficios concretos. No sé, se me ocurre una presa que permita almacenar agua en Iglesia y con ello determinar una nueva zona para la explotación agrícola.
-¿Es necesario una ley para que las regalías vayan a obras estratégicas?
-La ley, consensuada con todos, nos permitiría decir: ’bueno a esta plata le vamos a dar una afectación extraordinaria’. Iglesia puede ser un vergel. Bueno, hagamos un plan estratégico de desarrollo productivo.
-Y siguiendo su línea de aporte minero a la producción agropecuaria, ¿se podría utilizar el dinero de las regalías para optimizar el uso del agua en el Valle del Tulum?
-Claro que sí. Hagamos un plan a 10 años para poner el máximo posible de nuestra producción, de nuestras 120.000 hectáreas, con riego por goteo. Con créditos a tasa 0, donde no busquemos sacarle renta a la renta minera, sino simplemente retroalimentar esos fondos.
