Había tanto en juego, que el arbitraje debía estar a la altura de lo que se jugaba. Pero lamentablemente para el espectáculo, la discreta y protagónica labor del juez Cristian Vila terminó por desdibujar lo que era el partido del campeonato en Villa Obrera. Con algunos fallos cuestionables y otras decisiones que exasperaron a todos, el árbitro fue determinante para que el líder del Oficial y su principal perseguidor terminaran 2-2 en un intenso choque que dejó con sabor a poco a muchos. En la primera parte, el partido nunca levantó el vuelo emotivo y futbolístico que se presagiaba. La Villa trató de presionar, de hacerse dueño del trámite pero no tuvo la intensidad necesaria como para quebrar el ordenado esquema que armó Raúl Antuña que no pasó demasiados sobresaltos en ese primer tiempo, excepto por dos cabezazos del Cuchillo Marín que se fueron apenas desviado y un tiro libre del Pelado Escudero que se fue besando el palo derecho del arco de Saffe.
El partido que todos querían empezó a asomarse en el complemento. Primero, levantó temperatura cuando Wilson Ruarte, en evidente infracción contra Roberto Soria que lo marcaba, puso a 9 de Julio arriba cuando recién iban 5’ de ese complemento. Reaccionó a puro corazón la Villa y se desprotegió atrás. Esa postura casi le cuesta todo pero se reacomodó, buscó el empate y a los 21’ Gaetán puso el 1-1 parcial apareciendo por la derecha y venciendo a Saffe. Todo era intenso, todo parejo. Entonces, se llenó de polémica toda La Boutique. Es que a los 24’, Carlos Paratore entró apareado al área con Maldonado -recién ingresado- y ese hombro con hombro fue infracción para el juez del partido. Se desató la furia injustificable y absolutamente repudiable de algunos hinchas de la Villa, que obligaron a la detención por más de 5 minutos del partido. Cuando volvieron al juego ya nada fue igual. Cada fallo fue recriminado por los dos equipos. Todo fue discusión, polémica. Vila marcó un descuento prematuro porque aún no se terminaba el tiempo reglamentario. Ahí empezó otro capítulo para la polémica porque desde la Villa reclamaron que debía adicionar más. En ese descuento, llegó el empate final de Gustavo Delgado cuando iban 48’. Ahí, las protestas fueron propiedad de 9 de Julio que entendieron que se excedió en agregar más tiempo del que ya había marcado en un principio.
El final caliente, lleno de protestas, de mucha calentura se apropió de lo que debió ser el partido del campeonato. Había tanto en juego que el arbitraje debió estar a la altura. Aún así, 9 de Julio terminó manteniendo su ventaja y sabe que un nuevo título depende de sí mismo.
