Para medir la alcalinidad o acidez de una sustancia se utiliza la medida del potencial hidrógeno, conocido como pH. La escala va de 1 a 14. valores superiores a 7 indican alcalinidad y menores a 7 acidez. Un valor de pH 1 es muy ácido y un valor de pH 14 es muy alcalino. El agua sin sales es neutra, y tiene un valor de 7.
Se considera que un suelo es alcalino cuando la medida de su pH está por encima de 8,2 y poseen una cantidad significativa del ion sodio. Estos suelos presentan como características principales además de un contenido elevado de sodio que le confiere propiedades indeseables, baja permeabilidad, problemas de aireación, inestabilidad estructural y que son necesarios corregir para aumentar su productividad.
El objetivo de la corrección de estos suelos es reemplazar los carbonatos alcalinos responsables de la alcalinidad, por sales como los sulfatos que son fácilmente lavables del perfil.
Existen 3 tipos de enmiendas que se pueden utilizar: sales solubles de calcio, ácidos o formadores de ácidos y sales de calcio de baja solubilidad.
"La efectividad de cada mejorador depende de ciertas condiciones de los suelos, en especial el contenido de carbonato de Calcio y Magnesio" explica el ingeniero Norberto Colacelli, de la Universidad Nacional de Tucuman.
Sostiene que una vez decidido cual mejorador es el indicado, decisión que debe tomar el técnico, es necesario calcular las cantidades del mismo que se requieren aplicar para corregir el pH a valores que mejoren las características del suelo.
Las sustancias que pueden utilizarse como correctores son: cloruro de calcio, yeso, azufre, ácido sulfúrico, sulfato ferroso, sulfato de aluminio, polisulfuro de calcio y otros productos regionales como ser conchilla marina molida, espumas azucareras.
La selección del mejorador puede estar determinada por el tiempo que requiere su reacción en el suelo. En general los mejoradores mas baratos actúan más lentamente; por lo tanto si se desea una sustitución inmediata se deberá aplicar un mejorador de acción rápida y en consecuencia mas caro.
El cloruro de calcio es de acción rápida y muy eficaz pero debido a su alto costo rara vez se lo utiliza. Los sulfatos de hierro y aluminio son también de acción rápida pues se combinan con el agua casi de inmediato pasando a formar ácido sulfúrico pero económicamente no son muy convenientes.
El ácido sulfúrico es de acción rápida y bastante más barato que los anteriores. Por su costo relativamente bajo, el yeso y el azufre son los mejoradores más usados para rehabilitar suelos alcalinos. La reacción del yeso está limitada únicamente por su baja solubilidad en agua, la cual es alrededor del 25% a temperaturas normales, necesita además la presencia de una buena lámina de agua de riego.
El azufre necesita ser oxidado primero por la acción microbiana hasta llegar a la forma de sulfato, por lo tanto se lo clasifica como mejorador de acción lenta. Se debe tener en cuenta tanto en el caso de azufre como del yeso el tamaño de partícula, a menor tamaño más rápida reacción.
El polisulfuro de calcio, que es un líquido oscuro, debe como el azufre oxidarse primero hasta ácido sulfúrico para ser activo, por lo tanto es de reacción lenta.
Aplicación
La eficiencia de acción del mejorador en la sustitución del sodio, será mayor si previo a la aplicación del producto se realiza un lavado de las sales solubles del suelo. La consecuencia de este lavado será una mayor adsorción del calcio por parte del suelo. Pero se debe siempre considerar la permeabilidad del suelo, pues si la permeabilidad del suelo es baja el efecto del lavado inicial no se cumple.
El yeso y el azufre, se aplican en general al voleo y luego se incorporan al suelo con discos o arados. La incorporación debe ser muy completa en el caso del azufre para acelerar su oxidación a ácido sulfúrico.
El ácido sulfúrico, se aplica con equipos especiales de aspersión sobre el terreno dado su forma líquida. Otros mejoradores se aplican con el agua de riego, tal el caso del polisulfuro de calcio o también del yeso.
En algunos casos conviene aplicar el mejorador a profundidad, por ejemplo cuando la acumulación de sodio se manifiesta en el horizonte B (30 cm o mas de profundidad), para esto se aplica el producto por detrás de un arado o en el caso de subsolar, luego de éste.
Excepto cuando se usa azufre, los suelos deben ser lavados inmediatamente después de aplicado el corrector, porque ese lavado lo disuelve y lo transporta en profundidad, eliminando también las sales solubles de sodio que se forman por el intercambio con el suelo.
En el caso del azufre no debe lavarse el suelo hasta un tiempo después, para dar tiempo a que se produzca la oxidación, y por lo tanto su pasaje a la forma activa (ácido sulfúrico).
En San Juan una firma que se dedica a la venta de fertilizantes minerales naturales es Nutriagro, una Pyme familiar que extrae, procesa y vende no sólo en la provincia sino en el país yeso, carbonato de calcio, sulfato de magnesio, entre otros minerales para la frutihorticultura, olivicultura y viticultura.
Victor Guzman, socio gerente explica que los valores que se gasta un productor por hectárea es muy bajo. Se han logrado muy buenos resultados con el Sulfacal, que se vende en bolsas de 40 kilogramos en polvo o granulado. La bolsa cuesta unos 25 pesos y recomienda unos 400 kilos por hectárea con muy buenos rendimientos.
