Capital federal, 12 de noviembre.- Con entradas, aspirantes por duplicado, una expulsión y cambios de casa, Gran Hermano fue moviendo fichas anoche y hay que hacer un recuento sobre papel para saber cuántos habitantes tiene hoy por hoy el reality de Telefe.
De todos los movimientos, el más importante fue la eliminación de Fernanda. Recibió el 52,16 por ciento de los votos y no le alcanzó con una alusión postrera a sus "ganas de quedarse" para "jugar bien". Su rival, Ezequiel, el de las escenas calientes con Victoria, esta vez zafó.
Antes, la llamada "casa de al lado" fue la protagonista principal. En primer lugar, por el voto del público, Lucas, Uno de los tres aspirantes que quedaban, pasó a convivir con los 21 que ya estaban.
Fue recibido con algo de frialdad, pero pareció acoplarse enseguida. Pinta promisorio el futuro para el segundo aspirante que pasa a competir por el premio mayor (la primera fue la uruguaya clarisa, hermana del futbolista Sebastián Abreu).Siempre y cuando afloje con los falsetes y los mohínes.
Los otros dos, Lucía y Tomás, sin el favor del público, se fueron sin pena ni gloria (aunque alguna presentación en boliches, es de esperarse, pegarán…). Los recibió en la puerta de salida una Luli Fernández que terminó la noche algo atribulada de tantos movimientos.
Eso ocurrió antes de las 22.30. ¿El final de la casa de al lado? No, al contrario. La más modesta (en metros cuadrados) parcela contigua a la verdadera casa del juego fue habitada otra vez rápidamente. Desde el comienzo del programa hubo insistencia con cuatro autos estacionados en la puerta del gigantesco estudio de Gran Hermano. Y otra vez ingresaron cuatro aspirantes, pero con una modalidad diferente: fueron dos pares de hermanos gemelos.
Ellas, Jimena y Jéssica, incontrolables en la exploración de su nuevo hábitat, hasta anduvieron de la mano por ahí. Ellos, Leo y Fabricio, con caras añiñadas. Todos de 22 años. Y, obvio, hubo algunos problemas para identificarlos.
La votación para ver quién pasa a la competencia desde esa especie de "Primera B" que fue "la casa de al lado" tiene una particularidad: el voto del público es por el par. "No podemos ir en contra de la naturaleza", sentenció el conductor Jorge Rial.
Y se abrió cuando Fernanda ya se había ido. De hecho, se cruzaron la expulsada con los dos pares de gemelos ("¿Por qué llorás?", le preguntó ¿Jimena? ¿Jéssica? a la pobre Fernanda, que dejaba el programa rumiando su pena).
Finalmente, y aún con todos los movimientos, la casa, que había arrancado el día con 21 miembros, lo terminó con la misma cifra. Mañana, quién sabe.
