Kate Middleton no prometerá "obedecer" sino "amar, confortar y honrar" al príncipe Guillermo cuando pronuncie hoy los votos matrimoniales en la abadía de Westminster, en Londres. Algo que ya hizo su difunta suegra, Lady Diana, pero no la abuela política, la reina Isabel II cuando se casó hace 64 años.
El no elegir la palabra "obedecer" da cuenta de algo que se ha dicho largamente: que Catherine Elizabeth Middleton es una novia moderna que sabe lo que quiere y que ha logrado poner su sello personal en cada detalle de la boda real.
La pareja utilizará para la ocasión la ceremonia prevista en la serie uno del Libro de Oración Común de la Iglesia de Inglaterra. También se ha informado de que la novia avanzará del brazo de su padre por el pasillo central de la abadía a los sones dramáticos de un himno de la coronación, el titulado "I was glad", del compositor británico Charles Hubert Hastings Parry, inspirado en el salmo 122.
Parry lo compuso para la coronación del rey Eduardo VII en la abadía de Westminster, en 1902, pero es un himno muy popular en las bodas.
Los recién casados abandonarán la abadía al sonido de otra pieza muy conocida, la marcha Crown Imperial (Corona Imperial), del también británico William Walton, que se tocó ya en la boda del príncipe Carlos y Diana, los padres de Guillermo.
Durante la ceremonia se escuchará también música de otros famosos compositores británicos del siglo XX como Edward Elgar, Vaughan Williams o Benjamin Britten.
Kate es muy aficionada a la música clásica, pero en esta ocasión la ayudó también a seleccionar la música su futuro suegro, el príncipe de Gales.
Ambos pasaron mucho tiempo juntos escuchando música en sus i-Pods, dijo un portavoz del palacio de St James, según el cual se ha querido hacer hincapié en "lo británico" a la hora de elegir las piezas.
El anillo de casada de Kate Middleton, una alianza sencilla, fina y dorada, fue fabricado por la reputada joyería Wartski.
Como viene siendo tradición en las bodas reales en el Reino Unido, la joya fue creada a partir de una pepita de oro de la mina Clogau St. David en Bontddu, al Norte de Gales.
La reina de Inglaterra, Isabel II, entregó el anillo a su nieto, el príncipe Guillermo, como regalo para marcar el día de su matrimonio con Catherine Middleton.
La joya fue depositada ayer en manos del padrino de boda, el príncipe Enrique, hermano menor del novio, quien será el responsable de llevarla hasta la Abadía.
El hijo mayor de Carlos de Inglaterra ha elegido no llevar el anillo de casado después de su enlace con Kate Middleton.
Desde que la Reina Madre estableció esta tradición en 1923, el oro proveniente de esa mina galesa ha sido el empleado por los recién casados en la familia real.
El anillo que llevó la Reina Madre, el de Isabel II en 1947, el de la princesa Margarita en 1960, el de la princesa Ana en 1973 y el de la malograda Diana de Gales en 1981 proceden todos de esa misma mina.
En la víspera de la boda real, las calles londinenses lucían todas de blanco, rojo y azul, los colores de la bandera británica, mientras se multiplicaban los turistas que llegaron a la ciudad para asistir en vivo a más grande evento de la realeza desde la muerte de Diana.
Todos miraban hacia el cielo amenazante de nubes y rezaban para que hoy la lluvia no empañe la boda.
La fiebre nupcial también entregó ayer las primeras imágenes de glamour y la emoción con la llegada de los representantes de las distintas coronas reales de Europa y Oriente Medio.
