Los casos Grynszpan y Soto se dispararon como consecuencia de los créditos impagos que registraban en el Banco San Juan, al momento de su privatización. La entidad financiera pasó a manos privadas en noviembre de 1996, en la gestión de Jorge Escobar (foto), por 11,5 millones de pesos -la licitación la ganó el grupo Eskenazy- y la provincia se quedó con créditos a cobrar por 195 millones, que pasaron a formar el Residual del Banco San Juan. El Estado sanjuanino tuvo que tomar un crédito por 80 millones de dólares en el Banco Mundial, para sanear ante el comprador la cartera de deudores incobrables. A pesar de que algunos deudores se pusieron al día -con quitas mediante y la mayoría con planes en cuotas-, aún no se sabe oficialmente cuánto es lo que recuperó la provincia de los 195 millones. Para peor aún, muchos créditos se convirtieron en incobrables porque se perdió documentación respaldatoria. Por este motivo y a raíz de una investigación de DIARIO DE CUYO, un fiscal abrió de oficio una causa judicial.
