River Plate, puntero absoluto del torneo Clausura de fútbol, y Gimnasia, que está en zona de descenso directo, empataron sin goles en el estadio Ciudad de La Plata, al cabo de un partido por la décima fecha en el que faltaron recursos y sobró mediocridad. Es que el Gimnasia de Angel Cappa no pudo plasmar en la cancha las pretensiones futbolísticas que pregona su entrenador, mientras que el pragmático River de Juan José López recurrió a su contrahecha practicidad, esa que desatiende el mandato histórico de sus hinchas, para sostenerse a duras penas en la punta del campeonato.

Los locales, si se toma en cuenta este hecho, sumaron un punto, aunque en su marcha forzada por salir de la zona de descenso directo, esto no le sirve de mucho.

Estas referencias fueron las que caracterizaron el desarrollo de un partido pobrísimo que tuvo como protagonistas a dos equipos con situaciones absolutamente opuestas, aún a pesar de que River no nada en la abundancia en cuanto a promedio se refiere.

Ni siquiera la presencia de Cappa ante su ex equipo o el ingreso del ex Boca Guillermo Barros Schelotto ante River, sirvieron para calentar el ambiente de adentro hacia fuera.

El colmado estadio Ciudad de La Plata, impactante cuando se mira hacia arriba y decepcionante cuando se lo hace hacia bajo, dado el deplorable estado del terreno de juego, fue un teatro demasiado lujoso para tanta pobreza futbolística.

Ni Erik Lamela, Diego Buonanote o después Manuel Lanzini por el lado de River, ni Juan Neira por el de Gimnasia, fueron capaces de sacarle un poco de lustre a la embarrada pelota que rebotó y saltó más que lo que lo rodó en el desparejo piso del "Unico".

Por eso el final llegó hasta la impensada indiferencia de dos hinchadas tan pasionales cuyos equipos se están jugando paradas decisivas para sus futuros inmediatos.