Un equipo científico ha descubierto los restos óseos de la mayor rata conocida hasta la fecha, más grande que un gato y habitó en las extintas selvas de Timor Oriental (Asia), hasta hace unos mil años.
Su bien conservado esqueleto, desenterrado en una cueva, indica que ofrecía un aspecto muy similar al de la rata común, sólo que unas 40 veces más pesado.
"Se trata de un descubrimiento importante para la biodiversidad y conservación", subraya el biólogo Ken Aplin, responsable de la expedición.
El experto destaca que el Sudeste Asiático se ha caracterizado por una gran diversidad de roedores, entre los que destacaban algunos de gran tamaño, pero la mayoría ha desaparecido por el hombre.
Por esto, Aplin señala que junto a la rata gigante, de unos 6 kilos, se han encontrado huesos de otras 13 especies, de las cuales 11 no habían sido clasificadas previamente y tan sólo 1, la de menor tamaño, aún existe.
Además, 8 de estas pesaban más de 1 kilo, aproximándose a las medidas de la mayor rata viva, un roedor que habita algunos bosques y alcanza los 2 kilos. Aplin considera que la extinción de estas ratas gigantes está ligada a la enorme deforestación que ha sufrido Timor Oriental.
"El ser humano ha vivido en Timor desde hace más de 40 mil años y siempre comió ratas, pero no tenemos evidencia de que la caza se relacione con su extinción", explica Aplin.
"La región es un punto caliente de la evolución de los roedores. Representan el 40% de la diversidad de mamíferos en todo el mundo y son un elemento clave en los ecosistemas", indica el científico.
