‘Hace unos meses sufrí varios infartos. No me podía ir y dejar a Don Funza solo. Tenía una cuenta pendiente y debía hacer lo imposible para que él volviera a Chile para reencontrarse con su familia’. Con estas palabras, Zulma Saldívar explicó lo que siente sobre el viaje hacia Chile que emprenderá el hombre de 88 años y que hace 38 cruzó la cordillera a pie para buscar un destino mejor en San Juan. Desde entonces nunca más volvió a su país, pero su vecina Zulma hizo todo lo posible para que el sueño del anciano se cumpla.
Ignacio Fuenzalida llegó a San Juan después de cruzar la cordillera caminando escapando de la dictadura militar del vecino país. Fue en 1988 cuando se cruzó con Zulma, la sanjuanina que junto a su familia ayudó durante mucho tiempo a Don Funza, así le dicen cariñosamente. La mujer decidió darle una lugar en su casa al hombre que vendía leña, botellas y cartones. Con su marido ayudaron al anciano para que pudiera tener un lugar donde dormir y de a poco Don Funza se convirtió en un integrante más de la familia. Después de unos años, Zulma tuvo problemas con uno de sus hijos y debió pedirle al hombre que dejara su casa. Sin embargo la buena voluntad de la familia Saldívar y la honestidad del chileno hizo que la amistad nunca se perdiera.
Es por esto que este año, tras sufrir varios problemas de salud y la muerte de su esposo, Zulma decidió ayudar al hombre para que pudiera reencontrarse con su familia.
Papeles por todos lados y puertas que se cerraron fueron los primeros obstáculos. Sin embargo tras una semana la historia dio vuelta la página. Desde la Casa de Chile en San Juan empezaron a aparecer las soluciones. Y hasta se contactaron con una sobrina del anciano que será la encargada de recibirlo cuando llegue a la pequeña comuna de Putaendo. El hombre no ve la hora de volver con su gente a la que no ve desde hace casi medio siglo. En tanto que Zulma tiene sentimientos encontrados. La alegría y satisfacción de haberle dado un final feliz a la historia y la tristeza de despedirse de este amigo.
